viernes, 4 de julio de 2014
"Robocop" (2013) dirigida por José Padilha
Durante una investigación a una red delictiva, el oficial de la policía de Detroit Alex Murphy, cae en una trampa y es asesinado. Sin embargo, un grupo de científicos y empresarios de la poderosa multinacional OCP deciden utilizar parte de su cuerpo y su mente en la creación de un policía robot. El proyecto recibe el nombre de Robocop y es la última arma de la tecnología contra el crímen organizado. Sin embargo, la parte humana del oficial Murphy insertada dentro de la coraza robótica pronto comienza a sentir deseos de venganza contra quienes destruyeron su vida y su familia y utilizará su nuevo estado cibernético para dar caza y captura a los criminales que atentaron contra él.
Para ser sincero, y después de mucho tiempo de ver los trailers promocionales de ésta nueva versión del policía robótico, tenía esperanzas y bastante curiosidad -o quizás más lo último que lo primero- por ver como el brasileño José Padilha encaraba desde su óptica el personaje y su universo.
Está claro que la versión de 1987 dirigida por Paul Verhoeven ya ha alcanzado un estatus de producto clásico que en lo previo hacía que uno sintiera innecesario cualquier intento por rehacerla.
Sin embargo, y como ya ha pasado con demasiadas películas de hace dos o tres décadas, la incesante necesidad de Hollywood por seguir recaudando a expensas de refritar ideas que eran originales hace muchos años llevó a los productores a intentarlo una vez más.
Y estaba visto que "Robocop" no iba a ser la excepción. Pero vistos los resultados lo cierto es que el trabajo de Padilha, si bien tiene puntos rescatables, no le hace sombra alguna a la película de Verhoeven.
Padilha realizó un producto diferente, más realista en algunos aspectos y menos fantástico en otros, intentando alejarse de la visión oscura, ultraviolenta y plagada de ironías sociopolíticas del film original.
En este nuevo universo de Robocop la tecnología resulta mucho más estética, no parece fallar nunca y es bastante fiel a las necesidades humanas, algo diametralmente opuesto a lo mostrado en la versión original, donde un robot de millones de dólares destinado a defender al público, podía fallar en cualquier momento y asesinar inocentes a mansalva.
También hay cambios muy evidentes en la ambientación general. La ciudad de Detroit mostrada por Padilha luce mucho más limpia y mucho menos caótica que la mostrada por Verhoeven, en la que los niveles de criminalidad alcanzaban las nubes y obligaban a la creación del personaje cyborg que da título a la historia.
En esta nueva visión de Detroit, la necesidad de un policia robot responde más a intereses políticos que otra cosa. En ningún momento se siente realmente la sensación de una sociedad acosada por el crímen que tan bien desarrolló Verhoeven en su película y que, de últimas, motivaba la creación de Robocop.
Y ese es uno de los puntos mas criticables de la visión de Padilha. Hay una exagerada carga sociopolítica en todo el contexto, demasiados debates y mucha cháchara sobre la conveniencia o no para la creación de una máquina que combata el crímen, todos factores que sumados resienten el desarrollo de la historia y demora mucho la aparición del héroe.
Algo similar sucede con el contexto familiar del Alex Murphy tras ser transformado en Robocop. La reacción de su familia, esposa e hijo, son en esta nueva versión temas centrales y ocupan buena parte de su metraje. No es que el asunto en sí esté mal llevado, pero lo cierto es que tampoco resulta demasiado interesante y ralentiza aún más la trama de acción algo que, al fin y al cabo, es lo que el espectador medio más espera.
Y ya que mencioné la acción; Bueno... no está del todo mal, pero a excepción de la secuencia final en la que el héroe se enfrenta a un puñado de robots de vigilancia resulta muy rutinaria y con muy pocas dosis de sangre, algo que ya se veía venir de antemano cuando la película se calificó en Estados Unidos como apta para menores de 14 años.
En definitiva, el camino por el que optó el guión dirigido por José Padilha profundiza en los elementos que la versión de 1987 tocó muy superficialmente o que directamente dejó de lado, evadiendo el perfil verhoediano y dándole un encare mucho más real, más politizado y plagado de referencias al mundo actual -no en balde la película comienza con una invasión armada norteamericana en Medio Oriente-. El problema es que nada de eso la hace más interesante o atractiva para el público, mucho menos para el espectador que disfrutó y se sintió más a gusto con el encare del film original.
Al fin y al cabo la versión ochentera se convirtió en un éxito y en un clásico del cine por mostrar lo que mostró y descartar lo que descartó. Buena parte de su gracia radicaba en las ironías y contrastes de ese mundo distópico en el que se movía el personaje. Al eliminarlo en favor de algo más realista se eliminó también parte de su atractivo.
Como reboot, "Robocop" año 2013 tiene su cuota de gracia así como un puñado de elementos positivos contra una cantidad similar de negativos. No digo que sea una mala película, pero tengo que admitir que me entretuve más con las dos secuelas del film original que con ésta estilizada y realista visión de Padilha.
Habrá que ver si sus resultados globales en taquilla son los suficientemente buenos como para que los productores decidan una continuación, algo de lo que dependerá en gran medida la recepción que tenga en el público que conoce -e idolatra- la versión de los ochenta.
Puntaje: 6/10
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