Solo tiene un pequeño problema; quienes lo juegan terminan muriendo asesinados de la misma manera que lo fueron en el juego. Hutch (Jon Foster) descubre junto con un grupo de amigos que el haber jugado el mortal videojuego está matándolos uno por uno. La única forma de evitar su propia muerte y la del resto de sus compañeros es descubrir quien y por qué ha programado tan siniestro entretenimiento.
Enésimo intento de hacer surgir una nueva saga de terror slasher esta vez combinando elementos sobrenaturales con otros de tecnología actual, más precisamente con el mundo de los videojuegos. Para ello, el guión toma al personaje de Erzebeth Bathory, una condesa húngara del siglo XVII conocida por haber asesinado a docenas de mujeres para beber su sangre -una leyenda europea real que el guionista traslada de forma muy artificiosa al Nuevo Orleans actual- y la convierte en el monstruo de un sangriento juego de computadoras que por razones sobrenaturales es capaz de entrar en el mundo real para asesinar a quienes intentan matarla en el mundo digital.
Lamentablemente, la combinación de todos esos conceptos queda lastrada por un guión demasiado soso, al que si bien hay que reconocerle que no se demora demasiado en ir al meoyo del asunto, está plagado de ideas repetidas, quizás muy buenas en el papel pero que en su traslación a la pantalla simplemente no funcionan. El potencial de la idea de trasladar los terrores de un videojuego embrujado al mundo real se hunde bajo el peso de unos diálogos horrendos y unas actuaciones mediocres por parte de un elenco de treintaiñeros que interpretan personajes que supuestamente andan en sus veinte. Los efectos especiales son pocos y muy pobres. Las secuencias de sangre y las muertes lucen muy poco imaginativas, repetitivas y para nada impactantes. Para colmo de males y como no podía ser de otra manera en un producto tan rutinario, el final es totalmente abierto sugiriendo una continuación que, con suerte, jamás saldrá a luz.
Al menos hay que reconocerle al director y guionista William Bell su esfuerzo por demostrar que ha investigado el universo friki de los aficionados a los juegos de computadoras, pero suponer que ese solo conocimiento mezclado con unas secuencias de terror gastadas pueden funcionar peca de ser algo tan ingenuo como pretensioso.
Ver "Sobrevivir" en una noche tormentosa no produce ni la mitad del miedo que puede producir jugar una partida de "Silent Hill" en tu Play Station a las 10 de la mañana, pero si una desagradable sensación de pérdida de tiempo.Puntaje: 4/10
Hola, te encontré navegando por Arte7. Te invito a conocer nuestro blog sobre cine de terror. Si te gusta, te proponemos un intercambio de enlaces o banners. La dirección del blog es www.terrorifilo.blogspot.com y nuestro correo es terrorifilo@gmail.com. Nos leemos...
ResponderEliminar