viernes, 27 de agosto de 2010

"Días de ira" (Law Abiding Citizen, 2009) de F. Gary Gray

Clyde Shelton (Gerard Butler) un padre de familia, presencia la violación y asesinato de su esposa e hija por parte de dos desconocidos que asaltan su hogar. Los asesinos son atrapados, pero para evitar que ambos evadan la prisión utilizando argucias legales el abogado Nick Rice (Jamie Foxx) hace un trato con uno de ellos para que declare en contra del otro condenándolo a la pena capital. Diez años después, el asesino ya liberado aparece descuartizado y todo indica que fue obra de Shelton que ha decidido tomar la ley en sus manos y, al mismo tiempo, iniciar una brutal venganza contra ese sistema legal al que considera fallido e injusto.

El director F. Gary Gray logró cierta notoriedad en 1998 con el estreno de "El negociador", un film de acción que nos presentaba a un policía interpretado por Samuel L. Jackson buscando justicia tras ser acusado de un asesinato que no cometió. Los métodos del personaje de Jackson en aquella película para demostrar su inocencia resultaban extremos al punto de lo increíble, resolviéndose toda la trama en una resolución demasiado apresurada y poco esmerada. De todas formas, "El negociador" resultaba un film medianamente entretenido y llevadero siempre y cuando no se tomaran demasiado en serio muchas de sus variantes argumentales. Se puede decir que en ese aspecto, "Días de furia", el último film de F. Gary Gray, tiene bastante en común con "El negociador".
La primera mitad del relato puede considerarse un planteo crítico bastante aceptable sobre las debilidades del sistema judicial estadounidense -que podría hacerse extensivo al de casi cualquier país de occidente-.

Los problemas empiezan en su segunda mitad, cuando ese padre de familia, harto de la ineptitud de ese sistema, comienza una venganza de ribetes poco menos que colosales, asesinando desde la cárcel a miembros destacados de la Justicia de Filadelfia y desatando el terror en la ciudad. Esta segunda parte decae bastante en relación a la primera, entre otras cosas porque resulta disparatada en su planteo de buscar a toda costa generar la duda sobre las misteriosas "capacidades" de ese padre interpretado por Butler que inexplicablemente encerrado en prisión sigue siendo capaz de asesinar a mansalva en el exterior para saciar su sed de venganza. Una venganza que tendrá al abogado interpretado por Foxx tanto de protagonista como de víctima, ya que al ver como sus compañeros de leyes son asesinados uno tras otro inicia un duelo personal con el asesino, tratando de descubrir los mecanismos mediante los cuales está concretando su particular vendetta.

Es en este punto donde uno debe tener claro que todas las discusiones sobre moralidad o los conceptos de justicia e injusticia planteados en la primera mitad -y hasta los límites de nuestra propia credulidad- deben ser dejados de lado, porque una vez iniciadas las explosiones y los juegos pirotécnicos ya no hay lugar para demasiados razonamientos más que los planteados por el guión que Gary Gray nos propone y que si se aceptan sin demasiado reproche, seguramente logrará hacerte pasar un rato divertido.
Esto hace de "Días de furia" un entretenimiento resultón pero pasajero, cuya efectividad dependerá de la capacidad del espectador para asimilar muchas de las exageraciones planteadas sobre todo en su parte complementaria que opaca bastante el dramatismo de unos primeros minutos que, a priori, prometían otra cosa. Puntaje: 5/10

domingo, 22 de agosto de 2010

"El libro de los secretos" (The Book of Eli, 2010) de Albert y Allen Hughes

Han pasado más de 30 años desde el final la guerra nuclear que acabó con toda la civilización.

Eli (Denzel Washington) un hombre misterioso y solitario, recorre las rutas vacías y desoladas de lo que alguna vez fueron los Estados Unidos con la misión de llevar un misterioso libro a un destino no demasiado claro. En su periplo llega a uno de los pocos reductos de civilización, un poblado gobernado por un tal Carnegie (Gary Oldman) un hombre despótico y controlador que al descubrir la existencia del libro intentará apoderarse del mismo a la fuerza. Pero Eli está dispuesto a pelear, a matar y hasta morir por protegerlo.

"The book of Eli" representa el retorno a la dirección de los hermanos Hughes tras 9 años del estreno de su último film, la adaptación de la novela gráfica de Alan Moore "Desde el infierno" película que si bien recibió el beneplácito de buena parte de la crítica, fue tratada de manera bastante indiferente por el público.

"El libro de los secretos" (título con el que la estrenó en la mayoría de los países de América Latina) es otro film de ribetes postapocalípticos que conjuga en su derrotero cantidad de ideas extraídas directamente de películas similares; desde los paisajes ruinosos y desolados de "El mensajero" (1997) a la violencia y persecusiones automovilísticas de la trilogía "Mad Max" (1979-1981-1989). Lo único que diferencia al producto de los hermanos Hughes del resto es un componente místico-religioso representado por el libro del que hace mención el título; una Biblia celosamente resguardada por el protagonista interpretado por Denzel Washington, la cual es el motivo desencadenante de la aventura del mismo y por cuya posesión se enfrentará a un Gary Oldman metido en la piel de un villano arquetípico por enésima vez.
Los motivos por los cuales el villano quiere apoderarse de tan valioso libro son, desde mi perspectiva, el punto mas flojo de toda la trama. Su plan de utilizar las enseñanzas del mítico libro para adoctrinar a una población humana diezmada con la intención de ganarse su favor y así controlarla como un rebaño, suena tan ingénua como poco creíble. Siendo éste el débil motor de casi toda la trama, buena parte de su efectividad se pierde promediando la misma, reduciendo todo el asunto a un muestrario de secuencias de acción que incluyen a un Denzel Washington desatado, atravesando rivales por doquier con una espada como si de un samurai futurista se tratase, disparando armas de fuego con una efectividad que hasta Robocop envidiaría o demostrando habilidades físicas propias de un super-hombre. Para colmo, la justificación de todo ese compendio de habilidades está ligada a cierta revelación de carácter "mesiánico" sobre el personaje que pretende ser la gran sorpresa final de la historia, pero que termina resultando tan poco creíble como la idea motora de todo el argumento.

Es cierto que en temas postapocalípticos no quedan ideas demasiado originales. El cine ha mostrado casi todo lo que se puede mostrar, por lo que es comprensible y en cierta medida hasta encomiable la intención de los Hughes de crear algo medianamente diferente a todo lo visto. Su error estuvo en la pretensión de mezclar lo de siempre con un componente religioso que juega demasiado tanto con la paciencia como con la credulidad del espectador.

Con todo y más allá de sus debilidades argumentales, "El libro de los secretos" no es una mala película. Está bien filmada y ambientada, su banda sonora a cargo del no muy conocido Atticus Ross es realmente buena y las actuaciones de Washington y Oldman, si bien no son nada que no les hayamos visto antes, son efectivas.

De todas maneras no deja ser un producto absolutamente pasatista que con una historia más craneada pudo haber sido bastante mejor.

Puntaje: 5/10

lunes, 16 de agosto de 2010

"Contactos del cuarto tipo" (The fourth kind, 2010) de Olatunde Osunsanmi

No resulta raro que después de ver "Contactos del cuarto tipo" la primera tentación sea compararla con la que probablemente sea el ícono referencial de este tipo de cine al que podríamos denominar "documental-ficción"; "El Proyecto Blair Witch" (1998). En realidad, la misma comparación se podría hacer con cantidad de productos de similares características que desde su estreno a fines de lo años 90 han venido apareciendo en nuestras carteleras intentando imitar su éxito, la enorme mayoría de ellos sin lograrlo.

"Contactos del cuarto tipo" tampoco lo logra, aunque probablemente es de los que más se esforzó para conquistarlo. La idea base no es mala; en una alejada ciudad de Alaska llamada Nome, Abigail Tyler, una psiquiatra interpretada por Milla Jovovich, comienza a recibir consultas de pacientes que aseguran ser secuestrados durante las noches por extrañas criaturas provenientes de otro mundo. En la tipología creada a comienzos de los años 70 por el astrofísico e investigador del fenómeno OVNI Joseph Allen Hynek, este tipo de contacto con seres alienígenas es catalogado como de "cuarto tipo".

Jugosísimo tema el elegido por el director africano Olatunde Osunsanmi para su segunda película tras la flojísima "La caverna del terror" (The cavern, 2005), pero por motivos diversos no demasiado bien explotado.
Osunsanmi opta por mezclar material supuestamente "verídico" filmado por sus reales protagonistas, con una dramatización central actuada que funciona como hilo conductor del relato. El resultado es un híbrido que por momentos delata demasiado la inverosimilitud de lo planteado -la forzosa y poco creible explicación seudocientífica del investigador de lenguas antiguas asociando las abducciones con visitas extraterrestres al antiguo Egipto (una idea sacada de la galera y además nada novedosa, plagiada de la obra de
Erich von Däniken ), las sesiones de hipnosis que terminan teniendo más en común con un exorcismo que con un secuestro alienígena, la ridícula incredulidad de las autoridades locales frente a la obviedad antinatural de lo que está sucediendo- pero que alcanza de a ratos algunos pocos picos de tensión que son lo más rescatable del conjunto.

A diferencia de películas mucho mas modestas pero mejor estructuradas como "El proyecto Blair Witch", Osunsanmi cuenta con más y mejores medios técnicos, pero aún así no es capaz de crear una mitología propia y creíble que sustente con rigor lo que plantea y logre mantener el interés en forma pareja en la trama durante su hora y media de duración.

Lo que queda entonces es un producto que funciona solo por momentos y que tiene como principal baza artística la originalidad de hilar dos ficciones paralelas y presentarlas como si fueran auténticas -conviene advertir que las filmaciones "reales" no son tales sino tambien escenificaciones realizadas por actores y que la doctora Abigail Tyler es un personaje totalmente ficticio- pero en el balance general el film apenas logra rozar el mínimo aceptable más por su forma de plantear la historia que por la efectividad global de su contenido.

Puntaje: 5/10

Rincón de videoclub: "Fuerza Siniestra" (Lifeforce, 1985) de Tobe Hooper

El transbordador espacial Wiston Churchill viaja hacia el cometa Halley con la intención de estudiar de cerca al más famoso cometa de la historia. Pero al acercarse detectan en su cola un enorme objeto que resulta ser una astronave. Al abordarla, los astronautas descubren un grupo de alienígenas aparentemente humanos en estado de hibernación los cuales son traídos a la Tierra con pavorosas consecuencias.

"Fuerza siniestra" (título con el que se conoció en Uruguay y buena parte del mundo de habla hispana) fue una película planeada para aprovechar el supuesto tirón publicitario que significaba el pasaje del cometa Halley por las cercanías de nuestro planeta en 1986. Tobe Hooper, director de la sobrevalorada "La masacre de Texas" (1974), tomó las riendas de la dirección de este film pastiche, mezcla de varios elementos del cine fantástico como lo son los zombies, los vampiros y las invasiones alienígenas. Sin embargo el fracaso en taquilla evidenció lo equivocado de la idea. El guión está basado en una paupérrima novela de Collin Wilson en la que unas criaturas alienígenas llegan a la Tierra y sobreviven alimentándose de la energía vital -alma o como quieran llamarlo- de los seres humanos.


En la película de Hooper estas criaturas están emparentadas con las viejas leyendas de vampiros -aunque nunca se explica bien de que forma- solo que sus víctimas quedan convertidas en seres muy similares en apariencia y conducta a los clásicos zombies de George Romero, pero que en vez de cerebros buscan absorber la energía de personas vivas. Estos aliens vampíricos llegan a la Tierra tras ser sacados en estado de hibernación de su enorme astronave oculta en el cometa Halley por la tripulación de una nave espacial británica (!), sin saber el enorme peligro que encierran.
Precisamente toda esta secuencia inicial resulta ser lo más interesante de todo el film, pues la atmósfera generada durante esos minutos promete mucho más de lo que se termina viendo. Una vez en nuestro mundo (mas exactamente en Inglaterra) las criaturas resucitan, y lideradas por una bella alienígena (una desconocida Mathilda May en sus quince minutos de gloria) comienzan a hacer lo suyo transformando a gran parte de la población de Londres en una horda de zombies sedientos de energía vital. El único sobreviviente de la expedición que encontró a estos seres (Steve Railsback) esconde la clave para detener lo que puede ser el fin de la especie humana.
El principal problema de "Lifeforce" es la cantidad de elementos que intenta combinar en tan corto tiempo – el film dura poco más de 90 minutos – dejando en el debe explicaciones para situaciones poco claras que generan continuamente cabos sueltos que nunca son atados. Deja la sensación de que se intentó cubrir las enormes carencias argumentales mediante el uso de un contínuo impacto visual. De hecho, el maestro en efectos especiales John Dykstra (creador de los efectos de "Star Wars" y "Galactica") fue la persona elegida para su diseño, resultando realmente impresionantes las secuencias en el espacio exterior, dentro de la enorme nave de los vampiros oculta en el Halley así como la destrucción de Londres con millares de zombies deambulando por sus calles.
A pesar de todo, el balance final resulta negativo. Como espectáculo visual "Fuerza siniestra" puede tener su atractivo, pero su historia es tan débil y está narrada de una forma tan poco convincente que nunca llega a atrapar, relegándola a ser un producto de consumo casi exclusivo para los aficionados a las mezclas mas descerebradas de terror y ciencia ficción que no tengan mayores exigencias.


Tras su estreno en pantalla grande su edición en formato VHS se demoró bastante y al llegar no tuvo mayor repercusión, siendo durante años un film difícil de encontrar aún en videoclubes especializados.
Como dato anecdótico; la breve aparición del actor Patrick Stewart un par de años antes de ser conocido por su papel del capitán Picard en la serie "Star Trek: La nueva generación".

Puntaje: 5/10

lunes, 2 de agosto de 2010

"El Origen" (Inception, 2010) de Chris Nolan

Hacía tiempo que un film no generaba tanta expectativa previo a su estreno, algo que "El Origen" logró, en parte, gracias a la enorme y acostumbrada campaña publicitaria de la que vienen haciendo gala los grandes blockbusters hollywoodenses desde hace ya varios años, pero también por ser el último trabajo de uno de los mejores directores surgidos en esta última década, Chris Nolan, que luego de la fantástica "El caballero de la noche" dejó el listón demasiado alto como para que sea fácilmente superado.

"El Origen" narra una historia ocurrida en un futuro que parece muy cercano, donde la tecnología permite introducirse en los sueños ajenos y desde ellos robar o cambiar determinadas ideas del individuo cuyo sueño está siendo manipulado. A este procedimiento se le llama "originación" y Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es un especialista en ese dificil arte, por lo que es contratado junto a su equipo por Saito (Ken Watanabe), un empresario japonés que pretende hacer que Cobb entre en los sueños del lider de una empresa competidora para que este cambie de idea sobre el manejo de su enorme imperio corporativo.

Pues bien, luego de vista lo primero que me pasó por la mente fueron dos ideas:

1) Que salvando distancias temáticas y de contenido, no es mejor que ninguna de las dos "Batman" realizadas por Nolan, películas por las que tengo un particular respeto por haber revivido un personaje que cinematográficamente parecía muerto desde hacía muchos años y que me parecen mucho más trabajadas a la hora de funcionar como divertimento.

2) Que es muy difícil, por mas que se quiera evitar, no establecer comparaciones directas con la película que, al menos temáticamente, más puntos en común tiene: "Matrix" (1999). Esto no es necesariamente un punto en contra para el film de Nolan, pero me parece que mucho de su base temática sigue estando demasiado arraigada en el recuerdo del público actual como para que la mayoría pueda o quiera evadir el hecho de que la misma no es para nada original y que en muchos aspectos, el film de 1999 resultaba un tanto mejor en el desarrollo de la misma.

En efecto. Tanto el film de Nolan como el de los hermanos Wachoski plantean el manejo de los sueños como realidades alternativas manipulables, verdaderos universos paralelos donde las leyes físicas y las nociones de tiempo y espacio pueden ser modificadas en pos lograr determinados objetivos.
Nolan maneja estos conceptos con relativa efectivida aunque dedicandole demasiado tiempo -algo más de una hora entera de película- pura y exclusivamente a la explicación de las leyes que rigen ese universo onírico en el cual los protagonistas deberán cumplir su misión. Eso no es implícitamente malo, pero por motivos diversos, que incluyen la enorme cantidad de información que el espectador debe procesar en ese tiempo, no terminan de cuajar del todo bien lo que hace que llegada la segunda hora de metraje, en la que se desarrolla la acción más vertiginosa del relato, el espectador pueda sentirse bastante perdido y termine asistiendo solo a un conjunto de secuencias en gravedad cero y de tiroteos muy bien filmadas pero que no tienen demasiado sentido con todo lo explicado.

El otro problema es que aún habiendo comprendido bien todo ese conglomerado de leyes inventadas -situación que fue mi caso- uno sienta que la acción llega ya demasiado tarde para compensar todo el tiempo perdido en explicaciones. Sumar a eso una subtrama centrada en el drama sicológico que vive el personaje de DiCaprio producido por la memoria de su esposa fallecida cuyo recuerdo resulta un verdadero peligro para su misión, un elemento que debería funcionar como factor de tensión agregado a la trama, pero que a Nolan se le escapa muchas veces de las manos y que termina lastrando en demasía el desarrollo de la historia central.

En suma, "El Origen" es un producto que promete mucho en lo previo, quizás demasiado, con un planteamiento que se divide de forma desigual entre lo metafísico de manera muy light y el cine de acción más convencional, apoyada en una muy buena factura técnica y un vertiginoso manejo de cámara que intentan disfrazar las debilidades de una trama demasiado enrevesada que de a ratos puede marear hasta al espectador mas despierto. Y como expliqué al comienzo, tampoco resulta demasiado original porque el planteamiento de su ideario básico remite directamente a otros productos de temática muy similar, siendo "Matrix" su mas obvio mojón de referencia, aunque a nivel de divertimento el film de Nolan se quede, comparativamente hablando, bastantes escalones por debajo.

Puntaje: 6/10