
La realidad era que para comienzos de los años 80 la carrera de Connery estaba en una relativa caída libre, por lo que el ofrecimiento del productor Kevin McClory para volver a interpretarlo en "Nunca digas nunca jamás" significó para el actor escocés un salvavidas. McClory no solo era el productor ejecutivo del film sino también el autor del guión, que es el mismo que escribió junto a Ian Fleming para "Operación trueno" la cuarta entrega de la saga Bond filmada en 1965 y que por una cantidad de problemas legales relacionados con su autoría, terminó en posesión de McClory lo que le permitió hacer usufructo del mismo recién 17 años después de forma independiente a la productora Eon de Albert R. Broccoli.
Ese es el motivo por el cual "Nunca digas nunca jamás" sea considerada junto a la primera versión de "Casino Royale" (1967), una producción no oficial dentro de la filmografía Bond y es por ello también que suele ser vista como una remake modernizada de "Operación trueno".
El tema central de ambas películas es obviamente el mismo.

Aunque hacer una remake de un film considerado clásico -para los 80 todos los films Bond de la era Connery ya tenían ese estatus- resulta casi siempre problemático, lo cierto es que "Operación trueno" era un film bastante irregular y mejorable en muchísimos aspectos. Su enorme cantidad de tiempos muertos y lo espaciado de sus escenas de acción la convirtieron en una de las mas flojas de la saga. Por ello, adaptarla con un enfoque más moderno y movido tenía su sentido y ese fue el objetivo de McClory que junto con el director Irvin Kershner le dieron un encare mas bien ochentero, aunque sin caer en las exageraciones paródicas del Bond interpretado por Roger Moore en esa misma época y sin que ello significara olvidar los orígenes del personaje los cuales hasta homenajea. Es por ello que no faltan aquí la típica persecución automovilística de cada capítulo de

El elenco elegido también fue uno de sus grandes aciertos. El villano, al igual que en "Operación trueno", es Maximillian Largo, líder de SPECTRA, interpretado por el austríaco Klaus María Brandauer que le dió al personaje un tono acertadamente menos refinado y más sicótico del que carecía el villano interpretado por Adolfo Celi en el original. En el apartado de las acostumbradas chicas Bond, la escultural Barbara Carrera, en un papel de asesina obsesionada con matar al agente doble cero, un poco recargado y demasiado caricatural pero aceptable, y una hermosísima Kim Basinger en el papel que la descubrió definitivamente tanto para el público como para Hollywood.

Su otro gran punto en contra es la recurrencia a un humor no muy inteligente para llenar tiempos muertos con secuencias demasiado descolocadas que poca y ninguna gracia producen, como la breve aparición de Rowan Atkinson -el futuro Mr. Bean- en una participación de comedia demasiado ridícula, o toda la patética pelea de Bond contra otro tipo en el centro médico. Está clara la intención de que este episodio no oficial de la saga mantuviera distancia de ella aunque intentase contínuamente homenajerla, por lo que es posible que tanto McClory como Kershner hayan querido aprovechar la oportunidad para darle su toque de distinción usando tonos de comedia más acentuados que en cualquier otro film de la serie. Para mi gusto es un error que le quitó puntos a la efectividad del producto, una falta que por fortuna queda compensada por los aciertos del resto del metraje.
En definitiva, como actualización del film de 1965 no hay dudas que "Nunca digas nunca jamás" resulta bastante superior en muchos aspectos. No es una película perfecta ni tampoco memorable, pero cumple como entretenimiento en forma correcta.
Puntaje: 6/10
Esto es lo que se llama un peliculón.
ResponderEliminarDescubrí este blog en los premios 20Blogs y sin duda me fascinó.
Ánimo y mucha suerte 1
Gracias por tu comentario y apoyo. Un saludo.
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