lunes, 16 de noviembre de 2009

"Star Trek: El futuro comienza" (2009) de J.J.Abrams

Precuela de la serie original creada por Gene Roddenberry en los 60, donde presenciamos los orígenes de sus principales protagonistas, el futuro capitán de la mítica astronave Enterprise, James T. Kirk y el vulcano Spock, quienes se conocerán en sus años de juventud y a regañadientes deberán unir sus fuerzas para enfrentar una terrible amenaza. Nero (Eric Bana), un vengativo comandante romulano disidente, planea destruir toda la Federación Estelar a la que culpa de la muerte de su propio mundo, empezando con Vulcano, planeta natal de Spock, y luego con el planeta Tierra.

Arriesgada apuesta la del director y guionista J.J. Abrams al intentar llevar la mítica saga "Star Trek" por derroteros más propios de la space opera emparentada con el universo "Star Wars" de George Lucas que con los senderos filosóficos y humanistas que el producto original de Roddenberry había establecido como parámetros referenciales de su creación.

El "Star Trek" de Abrams no escatima en meter acción y ritmo a velocidad de vértigo durante sus dos horas de duración, dando como resultado un producto tan divertido como respetuoso con sus orígenes, algo que resultaba difícil de creer posible . El film posee numerosas referencias directas a la primera saga de películas, sobre todo a "La ira de Khan" (1982) -como la secuencia de entrenamiento del novato Kirk en el Kobayashi Maru mencionada en el film ochentero, muy fiel a su espíritu y que reafirma la incondicional posición del protagonista frente a la inminencia de la muerte- pero muy pocas a lo que era el seriado televisivo sesentero. Sin embargo, los variados guiños referenciales a productos anteriores de la franquicia no hacen que el film se vuelva inaccesible para el no seguidor, por lo que salvo alguna rara excepción ningún espectador se sentirá extravido con la trama.

En lineas generales la historia cargada de acción que nos plantea el film no está mal, aunque por momentos uno sienta que el argumento se escapa de las manos de sus propios creadores, por ejemplo al momento de dar explicaciones sobre esa alteración espacio-temporal que sirve de excusa para que el film funcione como un reboot que anula prácticamente todo lo sucedido en la serie original y en las películas posteriores. Lo mismo se puede decir de algunas secuencias que parecen mas bien accesorias, como la aparente relación romántica entre Spock y Uhura, que no se desarrolla en absoluto y que no parece tener otro objetivo más que rellenar espacios esperando un mejor tratamiento en una más que factible secuela.
Otro punto relevante es el elenco elegido, formado por actores perfectamente reconocibles e identificables con sus símiles adultos del futuro que integran la tripulación de la Enterprise. Especialmente llamativo el parecido de algunos de los protagonistas, en especial Karl Urban con el desaparecido DeForest Kelly que compone un Dr. McCoy impecable y Zachary Quinto encarnando a un jovensísimo Spock realmente muy parecido al original. En cuanto a Chris Pine, su parecido físico con el capitán Kirk que otrora encarnara William Shatner es casi inexistente, pero compensa esa carencia con una actuación repleta de los ticks y comportamientos que hicieron del personaje original la leyenda que es hoy dentro de la mitología trek. Punto extra adicional a la aparición de un veteranísimo Leonard Nimoy, que vuelve a su papel de Spock en una intervención pequeña pero crucial para el desarrollo de la historia, lo que hace que su papel no pase como un mero homenaje.

Aunque el film ha sido recibido con beneplácito por la mayoría de los fanáticos de las diversas series surgidas a lo largo de los últimos 20 años, no es raro que muchos sientan que su vorágine de explosiones, batallas y persecuciones han consumido buena parte del misticismo y del mensaje humanista que el producto original tenía. Sin embargo, es una tendencia que se viene gestando desde hace ya unos cuantos años. Los últimos films de la saga cinematográfica, desde "Star Trek: La tierra desconocida" (1991) a "Star Trek: Nemesis" (2002) han intentando aggiornar el producto base mas allá del apartado técnico relacionado con los efectos especiales -rubro en el cual la película de Abrams gana por goleada- en pos de captar nuevos públicos, sobre todo a ese no seguidor de los diversos seriados televisivos que busca un cine más escapista, cargado de pirotecnia visual y mayor número de secuencias de acción. Desde esta perspectiva la versión de Abrams solo viene a confirmar una tendencia y no a establecerla.

Como quiera que sea, este renacimiento de una de las sagas de ciencia ficción mas famosas ha tenido suerte de venir de la mano de un artesano con las capacidades de Abrams, que ha realizado un estupendo trabajo, quizás mejorable en algunos aspectos relacionados con lo argumental, pero indudablemente competente y digno. Habrá que esperar la acostumbrada secuela -programada para el 2012- para comprobar si la dignidad y calidad del nuevo producto se mantienen o si son solo meros espejismos.

Puntaje: 7/10

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