lunes, 17 de mayo de 2010

"Robin Hood" (2010) de Ridley Scott

La leyenda de Robin Hood ha sido llevada al cine al menos una treitena de veces a lo largo de la historia, sin sumar las numerosas versiones televisivas y seriados basados en su figura. La versión dirigida por Kevin Reynolds en 1991 y protagonizada por un Kevin Costner en el apogeo de su carrera, fue la última encarnación fílmica del personaje y probablemente la versión más recordada por el público actual, al menos hasta hoy.
Conocida es la aficción de Hollywood por retomar temáticas y personajes cada tanto tiempo, por lo que no resulta nada raro que casi dos décadas después de la versión de Reynolds, el británico Ridley Scott vuelva al ruedo con su propia y personal visión sobre el héroe medieval y a su vez con su actor fetiche, Russell Crowe, con quien tocó la fama y la gloria absolutas hace 10 años atrás con la oscarizada "Gladiador".

Es por ello que tampoco resulta raro que desde hace bastante tiempo esta nueva versión de Robin Hood se venga promocionando como la nueva colaboración del dueto Scott-Crowe en un film épico de características similares, algo que como publicidad no está mal, pero es ciertamente engañoso. "Robin Hood" está muy lejos del nivel de "Gladiador" en casi todos los aspectos en que se les compare. No es una mala película, pero tampoco es el hito que uno podría suponer de antemano viendo los trailers publicitarios.
Es comprensible que intentando apartarse de la versión de 1991 -y de casi todas las versiones anteriores- Scott haya preferido mostrar el lado menos conocido de Hood, sus orígenes como soldado a las órdenes del rey Ricardo Corazón de León batallando durante la Tercera Cruzada, el regreso a su Inglaterra natal como caballero impostor y su encuentro con Lady Marion, cuyo romance es tan mítico como su leyenda, todo esto empotrado en un entramado de intrigas políticas palaciegas que a la postre serán el detonante que convertirán al ex-soldado cruzado en el héroe que todos conocemos. Todo esto ocupa casi el 90 por ciento de las 2 horas veinte que dura el metraje, por lo que su faceta de ladrón benefactor de los pobres, salvo brevísimos apuntes, es prácticamente pasada por alto.
La insistencia del guión escrito por Brian Helgeland en dispararle al espectador la mayor cantidad de datos históricos posibles -no demasiado rigurosos además- intentando darle a la leyenda una base real que no resulta del todo necesaria, termina atentando contra el sentido de aventura que el film debería transmitir. Y es aquí cuando uno empieza a recordar que se divirtió más con algunas versiones anteriores, en especial con la del dueto Reynolds-Costner de 1991, en la que se prefería ametrallar al espectador con secuencias de acción a aburrirlo con una data histórica que no viene al caso en un producto de este tipo.

Por otra parte, las secuencias de acción, un punto habitualmente fuerte en los films de corte épico de Scott, no están mal, pero aparecen demasiado separadas a lo largo del relato además de ser breves y poco espectaculares, algo de lo que no debería pecar ninguna batalla y mucho menos la final, que en este caso no solo es breve si no también apresurada y de a ratos confusa.

En el apartado de las actuaciones, se puede decir que todas cumplen con lo que habitualmente prometen; Crowe se reafirma como un actor al que este tipo de papeles de corte heroico le ajustan como un guante. Cate Blanchett, actriz de impecable e inmaculada imagen, le aporta a su Lady Marion toda la fuerza y convicción que uno supone un personaje como ese debe tener. También aparecen por ahí un incombustible Max Von Sidow, como padre de Lady Marion, y un William Hurt que desde hace rato parece estar cómodo funcionando como un secundario de lujo.

Scott, en su búsqueda de mantener distancia de otras versiones en base a un supuesto rigor histórico, realizó un producto técnicamente intachable pero también bastante menos ágil y, por momentos, bastante más aburrido. Algo similar le ocurrió hace unos años con "Cruzada" (Kingdom of Heaven, 2005), un film de similares rasgos épicos e impecable hechura técnica pero cuya excesiva duración -casi 3 horas!- y su compleja pero poco rigurosa reconstrucción histórica terminaban por hartar al espectador, factor que determinó que el film no tuviera la repercusión en taquillas esperada.

Como les mencioné antes, "Robin Hood" no es una mala película, pero tampoco es todo lo que promete en lo previo. Gana quizás en cuanto originalidad al apartarse un poco de lo que siempre ha mostrado Hollywood sobre el personaje, pero irónicamente, esa diferencia termina jugándole en contra.

Puntaje: 5/10

4 comentarios:

  1. Excelente critica, concisa y contundente. La pelicula me resulto una verdadera decepcíón. Russel Crowe se ve demasiado "gladiador", siempre serio en este papel de Robin Longstride a quien yo suponia algo mas picaro y capaz de hacer reir. Y parrafo aparte para los villanos que fueron un fiasco. King John y quien lo interpreta, parecia un extra. y el conspirador siempre escapandose hasta que por fin le atinan. Poco protagonismo de ambos, se centra demasiado en la vida de Robin con muy poca carisma y termina aburriendo al publico.

    4,5/10

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  2. Gracias por tu comentario. Un abrazo y bienvenido a Mar de Cine.

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  3. No la ví, pero creo que muchos esperan una nueva "Gladiator" y se nota de lejos que la cinta no colmará las expectativas.

    Saludos Marcelo!

    Betomovies

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  4. Lo mejor Beto es ir a verla sin demasiadas expectativas. Yo no esperaba gran cosa, pero realmente no me pareció una gran película.
    Un abrazo y gracias por estar.

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