Hace ya unos cuantos años que quienes gustamos del cine terrorífico esperábamos el retorno al género de Sam Raimi, un director que ha demostrado a lo largo de sus casi treinta años de carrera el suficiente talento para moverse por terrenos tan distintos entre si como el western ("Rápida y letal", 1995) , el policial ("Un plan simple", 1998) y claro está el terror, el género que lo hizo conocido, el que mejor ha manejado y al que logró en su momento insuflarle nueva vida gracias a su emblemática "Evil Dead" (1981).
"Arrástrame al infierno" marca el regreso de Raimi a sus orígenes en el terror de bajo presupuesto planteando una historia -escrita junto a su hermano, Ivan Raimi- potenciada por sus elementos sobrenaturales y secuencias de impacto que en muchas ocasiones bordean el mal gusto -dicho en el buen sentido- lo que no quita que su originalidad a niveles generales quede bastante en entredicho.
El relato se centra en la maldición invocada por una vieja gitana (Lorna Raver) sobre una jóven empleada bancaria (Alison Lohman) tras negarse esta última a aplazar la fecha de desalojo de su casa -situación ésta en la que algunos creen ver un chispazo de realidad sobre la actual situación de crisis de la potencia del norte, un datalle para mí traído de los pelos-. La chica pronto descubre que la maldición que ha recaído sobre ella le da solo tres días de vida tras los cuales una criatura satánica conocida como "Lamia" se la llevará literalmente al infierno.
En el interín de esos tres días la jóven protagonista se verá acosada por todo tipo de fenómenos que presagian su fatal destino; desde sombras y golpes en su propia casa a plena luz del día a terroríficas apariciones semi-oníricas de la anciana en medio de la noche.
Raimi aprovecha cada segundo de metraje para demostrar que su talento en el manejo de la cámara y el sonido para sobresaltar al espectador se mantiene intacto emulando -pero nunca igualando, todo hay que decirlo- los mejores momentos de su trilogía "Evil Dead". No hay dudas que esto forma parte de las virtudes de un relato que, pese a lo remanido de su temática, funciona bastante bien. A pesar de ello, Raimi denota cierta falta de ganas o de inspiración para innovarse escudándose en el hecho de querer volver a sus tiempos de la serie B, lejos de los presupuestos de la trilogía de "El hombre araña", limitándose a firmar un guión que solo repite las fórmulas que ya probó de forma efectiva hace más de dos décadas.
Por ello algunas secuencias, como la de la medium y el exorcismo -con poseído volador y demonio parlanchín incluidos- lucen demasiado autorreferenciales al estilo del director a tal punto que parecen hechas más para reafirmar que su talento para este tipo de cine se mantiene intacto, que para asustar al espectador. Esto, sumado a cierta indecisión momentánea del guión que de a ratos intenta derivar el relato del terror puro a la comedia negra con dispar resultado, probablemente sean sus peores defectos.
Con todo, debo admitir que "Arrástrame al infierno" me pareció una buena película. Probablemente no se trate del mejor regreso posible para Raimi, que termina ofreciendo un film que divierte y hace reír más de lo que asusta, pero que deja flotando en el aire la sensación de que con un guión más trabajado y menos repetitivo el resultado final hubiese sido mejor. Aún así, es innegable que se trata de un ejemplo dignísimo de serie B prolijamente hecho, que con sus pros y contras igualmente resulta bastante superior a la enorme mayoría de productos de la misma categoría surgidos en los últimos años.
Lo mejor: El regreso de Raimi al terror duro. La anciana bruja interpretada por Lorna Raver, que pasa de lo desagradable a lo terrorífico con apabullante facilidad. La impresionante banda sonora a cargo de Christopher Young. Su tema principal en los títulos de apertura es soberbio, al punto que escuchado por separado de las imágenes resulta igualmente tétrico.
Lo peor: La falta de originalidad del guión y la poca innovación de un Raimi que se limita a repetir su propio estilo en forma casi constante.
Puntaje: 6/10
La vi el otro día, pasás del sobresalto a la carcajada en segundos, jajaja. Raimi tiene una fijación tremenda con la cavidad bucal en esta película.
ResponderEliminarSin dudas. Raimi sabe como generar, si no siempre miedo, si asco a su público.
ResponderEliminarEn cuanto a lo del humor de su película discrepo un poco con el resultado. Por momentos me pareció demasiado metido con calzador y poco funcional. La secuencia del gato tiene algo de gracia, pero más por lo patética que por su humor implícito. No parece una broma pergeniada por Raimi.
Lo mismo podría decirse de la secuencia del exorcismo, con el poseído volador y el chivo endemoniado, cosas que para mi gusto bordean lo payasesco y cuyo fallido intento por burlarse de su propia autoreferencia solo logran que buena parte de la carga terrorífica del relato se diluya.
Igualmente, insisto en que en general me parece un producto más que digno pero hubiese resultado mejor obviando algunas de esas cosas y potenciando mas otras.