Basada en un cortometraje animado que el mismo director Aristomenis Tsirbas desarrollara en el año 2003, "Battle for Terra" es una versión expandida de la premisa de aquel corto. Tras conseguir el apoyo financiero necesario y la distribución de Lionsgate, Tsirbas logró tras varios años de trabajo que su film se estrenara en cines estadounidenses en el 2009. Pero su resultado en taquilla fue paupérrimo pasando prácticamente desapercibida para el público. Los motivos de su fracaso se reparten entre la pésima campaña publicitaria realizada en su momento por un lado y los numerosos defectos que de a ratos sobrepasan las virtudes del producto por otro.
Entre esos defectos el primero a destacar está relacionado con la ambigüedad de la historia, que por momentos parece no saber definirse en cuanto al público al cual va destinada. Tanto el diseño de los terranos -una especie de gusanitos voladores con rostro de teletubbie- y su sociedad -muy similar a una comunidad de criaturas mágicas- así como los primeros minutos de la historia, perfectamente podrían catalogarse como un compendio de elementos extraídos de un libro de cuentos para niños. Dicho de otro modo; hay una apresurada tendencia del guión por plantear la inocencia de lo terranos en términos que rozan lo infantil. Debe haber motivos evidentemente económicos para ello -cuanto mas simple luzca, menos tiempo y dinero cuesta- pero lo cierto es que comparado con lo que se nos muestra después toda esa puesta en escena chirría bastante.
Afortunadamente el diseño de todo lo relacionado con los humanos -salvo su aspecto físico, que aunque luce poco definido y algo geométrico resulta lo suficientemente expresivo- está bastante bien; desde sus naves de combate -que recuerdan mucho a algunos cazas de la Alianza Rebelde en "El retorno del Jedi"- a los interiores de la gigantesca y destartalada nave madre, lucen bastante creíbles. La situación de los humanos a bordo de la misma es desesperada; su oxígeno y sus reservas se están agotando rápidamente, lo que apresura la decisión de los militares de invadir y terraformar el planeta lo antes posible sin medir las consecuencias que ello tendría para las formas de vida nativas. Las valoraciones éticas y morales de esta situación no se profundizan demasiado ya que el guión prefiere diluirlas en función de lo meramente discursivo.
Tras el planteo de las facciones en disputa, la historia se desarrolla por los derroteros de lo previsible; un piloto terrestre se accidenta en el planeta y es rescatado por Mala, una niña terrana más fascinada que atemorizada por la presencia de los invasores. Ese encuentro hará que ambos conozcan más de sus respectivos mundos y sembrará la duda en el humano sobre las intenciones de sus superiores de tomar el planeta por la fuerza.
Todo este segmento de descubrimiento junto con la primera parte del film, son los puntos más chatos de una trama que levanta vuelo recién cuando se hace evidente que el plan de ataque terrestre es ya inevitable y ambos personajes se ven obligados a combatir en bandos opuestos.
Es aquí donde el argumento da un giro sorpredentemente adulto mostrándonos a unos terranos plenamente organizados y preparados para el combate, tripulando unas aerodinámicas naves equipadas con rayos destructores o unos ingeniosos vehículos cuadrúpedos armados con una especie de cañón de plasma, anulando toda aquella imagen de sociedad primitiva y casi mágica del comienzo. Es cierto que este cambio resulta un poco sacado de la galera y genera muchas dudas -¿cómo una raza pacífica que no ha sabido de guerras en siglos organiza una fuerza armada tan poderosa en tan poco tiempo?- pero no es menos cierto que este cambio de tono le hace subir varios puntos a la trama.
Es aquí donde el argumento da un giro sorpredentemente adulto mostrándonos a unos terranos plenamente organizados y preparados para el combate, tripulando unas aerodinámicas naves equipadas con rayos destructores o unos ingeniosos vehículos cuadrúpedos armados con una especie de cañón de plasma, anulando toda aquella imagen de sociedad primitiva y casi mágica del comienzo. Es cierto que este cambio resulta un poco sacado de la galera y genera muchas dudas -¿cómo una raza pacífica que no ha sabido de guerras en siglos organiza una fuerza armada tan poderosa en tan poco tiempo?- pero no es menos cierto que este cambio de tono le hace subir varios puntos a la trama.
La batalla final es sorprendentemente dinámica. Tsirbas pone toda la carne en el asador demostrando su calidad como técnico de animación digital y su buen timing a la hora de dirigirla mostrándonos docenas de naves combatiendo en un enfrentamiento sin concesiones donde cualquiera puede caer, siendo esta una de las mas notorias diferencias con las aventuras animadas de estudios como Dream Works o Pixar en las que el concepto de muerte suele ser a veces exageradamente disimulado o directamente evitado.
"Batalla por Terra" es un film animado valorable pero irregular. Su ambigüedad a la hora de definirse como un producto destinado a una platea infantil o una adulta junto con algunas notorias incongruencias argumentales son sus principales deficiencias. Como alegato antimilitarista también se queda algo corta en la exposición de su mensaje ya que no se toma el tiempo necesario para desarrollarlo.
Aún con todo es una propuesta de animación humilde y aceptablemente buena a la que sería injusto exigirle algo que muchas veces los blockbusters animados de los estudios especializados en el campo ni siquiera ofrecen.
Puntaje: 6/10
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