lunes, 27 de diciembre de 2010

"Relámpago Azul" (Blue Thunder,1983) de John Badham

A comienzos de la década de 1980, el director John Badham vivía una racha de éxito. Sus películas de aquel entonces, sin ser en absoluto obras maestras, tenían un gran atractivo para el público en general por lo que resultaban bastante efectivas en taquillas. Posiblemente parte de esa rentabilidad se debiera a que sus films aunaban con bastante habilidad el concepto de cine-entretenimiento con algún mensaje o contenido referido a las realidades políticas y tecnológicas del momento. Ejemplos de ello fueron "Juegos de guerra" (Wargames, 1983) y "Cortocircuito" (Shortcircuit, 1985) dos películas que reflejaban su interés por los temas referidos a la aplicación de las innovaciones tecnologicas con propósitos militares.

Sin embargo entre esos dos títulos Badham dirigió "Relámpago Azul" film que al igual que los ya mencionados introducía elementos hi-tech de la época pero combinandolos con una trama policial que, si bien no era de lo más original, resultaba lo suficientemente atractiva como para enganchar al espectador.

En "Relámpago Azul" el gran Roy Scheider encarnaba al piloto de helicóptero de la policía Frank Murphy, que investigando la muerte de una conocida personalidad de la justicia de Los Ángeles descubre una conspiración política para obligar al gobierno a utilizar tecnología bélica en el combate contra el crimen en grandes ciudades. La clave de esa conspiración es el Relámpago Azul, un poderoso helicóptero blindado armado con un cañón ametrallador giratorio de alto poder, visión nocturna infrarroja, micrófonos capaces de escuchar conversaciones a kilómetros de distancia y toda una gama de gadgets enormemente avanzados para su época. Cuando Murphy descubre que los conspiradores planean utilizar el helicóptero con fines corruptos, decide robarlo para ganar tiempo y poder llevar ante la justicia las pruebas de su investigación. Pronto se ve perseguido tanto por sus propios compañeros de la policía así como por los mismos conspiradores.
Ni Badham ni el guionista Dan O´Bannon, recordado por su labor en el script original de "Alien: El octavo pasajero"(1979), tuvieron demasiados reparos en anotarse en la corriente de vehículos de alta tecnológica que en aquellos años comenzaban a invadir las pantallas gracias al éxito de películas como "Firefox" (1982) y series televisivas como "El auto fantástico" (Knight rider, 1983). Sin embargo, "Blue Thunder" resultó ser uno de los productos más serios y mejor encarados de su época. No hay excesos ni fantasías tales como computadoras parlanchinas ni armas activadas con la mente, respetando así ciertos márgenes de credibilidad ya establecidos al comienzo del film por un aviso en pantalla que explica que toda la tecnología que se ve a lo largo del relato ya estaba totalmente disponible en la época, cosa que es cierta. Uno de los puntos fuertes de "Relámpago Azul" además de sus estupendas secuencias de acción aérea, radica en que a pesar de ser la máquina bélica del título la verdadera protagonista, la trama no se resiente en los momentos en que el arrasador helicóptero no aparece. De hecho recién hace su aparición a la mitad del relato, pero para ese entonces la trama ya tiene el suficiente gancho para mantener prendido a cualquier aficionado el cine de acción. Todo un mérito para la labor de Badham como director, que supo mantener el ritmo del relato a pesar de que el guión de O´Bannon no sea de los más originales ni inspirados que le haya tocado escribir y al impactante duelo actoral entre Scheider y el villano de la historia, el casi siempre sobrio Malcom McDowell, que sube muchos enteros el valor del film.
Curiosamente, a pesar de que "Blue Thunder" estuvo siempre concebido como un film de acción, originalmente tenía bastante menos de la que se terminó viendo en pantalla. El primer guión escrito por el veterano Don Jakoby dedicaba buena parte de su tiempo a establecer una denuncia política claramente antimilitarista dirigida a la administración del presidente Ronald Reagan, quien por ese entonces sostenía la necesidad de un desarrollo exhaustivo de la tecnología militar que mantuviera a los Estados Unidos punteros en la carrera armamentista con la Unión Soviética. Los productores de la película no estuvieron muy de acuerdo con ese punto de vista al que consideraron demasiado reaccionario, por lo que le encargaron a O´Bannon que reescribiera buena parte de lo hecho por Jakoby. El resultado, sin ser algo exageradamente original, fue un argumento que equilibra cierto enfoque crítico sobre algunas políticas norteamericanas de la época referidas a la seguridad pública con la acción más vertiginosa, acción que ocupa casi totalmente la hora final de película. En éste último aspecto merece una mención especial la batalla final sobre la ciudad de Los Ángeles, una cacería aérea entre helicópteros trepidante e impecablemente filmada. Hoy en día y gracias a los consabidos efectos digitales mediante, escenas de acción de este tipo no serían demasiado difíciles de igualar. Pero estamos hablando de un producto filmado a comienzos de la década de 1980 y cualquier secuencia de ese tipo requería de un enorme trabajo de maquetería así como de filmación de acción real, lo que hace que sea todo un logro para su momento y un verdadero gozo de visionar casi treinta años después de realizada.

"Relámpago Azul" es un film altamente recomendable para cualquiera que disfrute del buen cine de acción. Es uno de esos productos que marcaron época, un claro exponente de ese cine ochentero que fue un patrón a seguir dentro de su género. Su éxito propició la producción de un serie televisiva de muy corta duración -apenas 11 episodios- protagonizada por James Farentino en la que el poderoso helicóptero combatía a algún enemigo aéreo nuevo al final de cada capítulo. Aún así resultó un producto demasiado rutinario, carente del atractivo que el film original tenía.

Puntaje: 7/10

miércoles, 22 de diciembre de 2010

"El último Maestro del Aire" (The last airbender, 2010) de M.Night Shyamalan

En un mundo dividido en cuatro grandes naciones que se disputan el control, una pareja de hermanos encuentra en medio del hielo a un chico que ha permanecido congelado durante un siglo. El mismo resulta ser el avatar Aang, el único ser con el poder de comunicarse con el mundo de los espíritus, controlar los cuatro elementos y capaz de mantener el equilibrio del poder en el planeta. Al saber de su reaparición, la poderosa Nación del Fuego se propone capturarlo para controlar de forma definitiva al resto de las naciones.

Admito que no conozco mucho de "Avatar: La leyenda de Aang", la serie animada de Nickelodeon en la cual se basa "El último Maestro del Aire" por lo que me es imposible evaluar aquí el contenido de la película en función de la mucha o poca fidelidad que pueda tener con el producto televisivo. De hecho, es probable que el no saber mucho de la temática de la serie haya incidido, al menos en mi caso, en que tuviera una visión bastante imparcial del film de Shyamalan y que por ello que no me pareciera tan malo como a muchos -sobre todo a fanáticos del dibujo animado- al punto de mandarlo a la quema sin muchos miramientos.
Ciertamente, no es una película memorable en ningún sentido, pero no me pareció un film detestable ni que merezca el repudio que ha recibido de la crítica y del público en general. Su principal defecto, a mi modo de ver, es que como suele suceder con casi toda adaptación de un seriado televisivo al formato cinematográfico sus esfuerzos por condensar en dos horas lo que cualquier serie tarda meses en plasmar son insuficientes. Si bien al comienzo un título nos avisa que éste es el primer capítulo de lo que será una saga de películas, lo que hace que uno ya de por sentado que muchas ideas serán mejor desarrolladas a lo largo de los capítulos venideros, no sirve de excusa para que todo resulte tan esquemático y con tan poco esmero en el desarrollo de las ideas principales de la trama quedándose en lo más básico de lo que debió ser en aras de economizar tiempo de metraje.

Esto es particularmente visible a la hora de definir a los personajes centrales -sobre todo la pareja de hermanos y el mismo Aang (Noah Ringer)- que parecen escritos a las apuradas; sus decisiones y sus diálogos son de una simpleza que bordean lo infantil. Hay poca o nula introspección en los sentimientos y conflictos internos de Aang al saberse un ser tan poderoso sobre quien recae una responsabilidad tan grande como es la de utilizar sus poderes para mantener el equilibrio entre las naciones, detalle que según tengo entendido es piedra angular del seriado televisivo.
Lo mismo sucede a la hora de encarar a los villanos -los miembros de la Nación del Fuego- que resultan soberanamente arquetípicos. Sus maléficas motivaciones de dominación mundial son tan explícitamente básicas que no es para nada difícil emparentarlos con los villanos más infantiles de las películas de Disney. El guión dedica algunas secuencias a exponer algunas rivalidades personales entre ellos -el enfrentamiento del príncipe con su codicioso tío, el desprecio de su padre ante su fracaso en batalla, etc.- intentando establecer un tejido dramático que le dé algo más de dimensión de la que tienen, pero no se toma siquiera un minuto en explicar de que manera atrapar al avatar les ayudará a controlar al resto de las naciones.
Toda esta exagerada economía de la que hace abuso el guión de Shyamalan al desarrollar a sus personajes es a duras penas compensada por las secuencias de acción, que si bien resultan numerosas y en general bastante estéticas, no son nada del otro jueves. La más llamativa a mi gusto es la batalla final, que me resultó bastante espectacular mostrando de buena manera la maquinaria de guerra de la Nación del Fuego en acción en un alarde de efectos CGI destacable. De todas formas, llega tarde como para colmar todas las expectativas generadas por el resto de la trama.

Hay demasiados tiempos muertos y diálogos inútiles así como contenidos metafísicos incongruentes o mal explicados -lo de la muerte del pez que forma el "Yin Yang" y su devastador resultado, por ejemplo, que tal como está propuesto resulta algo ridículo- que hacen que la trama vaya perdiendo interés y fuerza al punto de desear que pase rápido o que llegue pronto la próxima secuencia de acción que revitalice un poco la cosa.

Aún así, con mas defectos que virtudes, debo insisitir en que no me pareció un desastre total. Me esperaba algo mucho peor. Sigue siendo una lástima que Shyamalan no levante la puntería con lo que elige llevar a la pantalla. Con "El último Maestro del Aire" parece haberse querido anotar en ésta desgastante moda hollywoodense de hacer sagas épicas de varias películas de duración. No sé si el relativo fracaso en taquillas de ésta primera entrega de la serie afecte negativamente su intención de seguir adelante con la misma, pero es indudable que tendrá que hacer un mucho mejor trabajo en la siguiente entrega si pretende vivir de ella los próximos años.

"La dama del agua" (2007), aquel soporífero cuento infantil escrito y dirigido también por Shyamalan que resultó un verdadero -y merecido- fracaso, representó un quiebre y un paso atrás en su carrera que hizo que más de uno nos preguntáramos a donde había ido a parar la calidad de sus primeras películas. "The last Airbender" me parece un producto bastante más potable que "La dama del agua" pero aún así está muy lejos de lo mejor que le hemos visto como guionista y director.

Puntaje: 4/10

martes, 30 de noviembre de 2010

"Los indestructibles" (The expendables, 2010) de Sylvester Stallone

Creo que está más que claro desde hace unos cuantos años que las capacidades como comerciante de Sylvester Stallone exceden con creces las artísticas. Aunque su olfato empresarial no siempre le ha dado buenos resultados -recordar sus penosas incursiones en el terreno de la comedia con cosas como "Oscar" (1990) o "Para, o mi mamá dispara" (1992)- lo cierto es que cuando se trata de cine de acción puro por lo general siempre ha sabido con qué volver al terreno del éxito.

Ejemplo de ello fue su última entrega de la saga Rambo, escrita y dirigida por él mismo, que representó un dignísimo regreso con gloria al tipo de cine que le dió a Sly la fama que aún tiene.
Supongo que con "Los indestructibles" intentó hacer lo mismo aunque con un perfil diferente; empaquetar aquella vieja gloria de los años 80 y 90 en un envoltorio adornado por algunos de los nombres más conocidos del género acción de las dos últimas décadas.
El resultado se puede decir que es aceptable, aunque por las expectativas generadas tras casi un año de promesas, a mi modo de ver debió haber sido otra cosa.

No quiero decir que "Los indestructibles" sea una mala película, pero adolece de un ritmo bastante rutinario. No hay en su historia nada que siquiera mejore un poco todo lo que hemos visto en el género en los últimos años.
El guión, co-escrito por el propio Stallone, intenta apostar al encuentro de todas las caras conocidas de su elenco como su principal atractivo pero al precio de olvidar casi por completo darle algo de dimensión a los personajes que interpretan. Lo mismo sucede con la calidad de la historia en sí, que no es más que un rejunte de ideas y situaciones sacadas de una docena de películas parecidas. Así, volvemos a tener otro país sudamericano con una capital que se parece a un pueblito mexicano, gobernado por un dictador tercermundista al que los héroes de siempre, en este caso Sly y su equipo de mercenarios, deben derrocar.
Y eso es todo. No hay diálogos demasiado brillantes, ni personajes demasiado atractivos, ni secuencias de acción desbordantes de aquella ilógica tan popular que le dió al cine de género ochentero su particular carisma.
Para peor, a excepción de Stallone y Statham que son los verdaderos protagonistas, el resto del elenco se reparte entre cameos y papeles que se asemejan a apariciones especiales . Schwarzenegger está cinco minutos en pantalla y Bruce Willis como mucho seis. Mickey Rourke se despacha un monólogo a la mitad de la película que viene siendo lo más valioso de toda su participación y Jet Li tiene un par de secuencias de pelea -una de ellas contra un Dolph Lundgren que tampoco aparece mucho- y poco más. El resto del reparto -a excepción de Eric Roberts que aquí ejerce de villano de la función- son en su mayoría estrellas de la lucha profesional norteamericana, tipos que cronológicamente hablando son recién llegados al mundo del cine y que no dicen mas de una veintena de palabras durante todo el film.

Todo deja la sensación de ser demasiado breve y rápido, como si los 90 minutos que dura la película debieran haber sido al menos 120 o más para darle mayor peso a sus protagonistas así como más interés a la trama.
Al menos, las secuencias de acción, aunque no sean nada del otro jueves, están bastante bien filmadas demostrando que en eso Stallone no ha perdido el pulso y que lo que le vimos hacer en "John Rambo" no fue mera casualidad.

"Los indestructibles" no es ni por asomo aquella reunión memorable de viejas estrellas de acción que uno imaginaba tras ver los trailers promocionales, principalmente porque el guión es incapaz de generar la nostalgia necesaria para que lo sea. Es un producto que solo se deja ver y que funciona mejor si no se tiene pretensión alguna de visionar algo medianamente similar a lo que su publicidad previa prometía.

Puntaje: 5/10

lunes, 29 de noviembre de 2010

Se ha ido un grande: Falleció Leslie Nielsen

Hollywood nuevamente de luto.
El veterano Leslie Nielsen, uno de los últimos grandes exponentes del cine humorístico de las últimas tres décadas, nos ha dejado.
Aunque posiblemente será recordado por siempre por su faceta de comediante, lo cierto es que ese aspecto de su carrera recién tomó relevancia a comienzos de los años 1980. Mucho antes de eso, en 1956, protagonizó el clásico de ciencia ficción "Planeta prohibido" (Forbidden planet) junto a la bellísima Anne Francis. El éxito del film supuso para Nielsen una puerta de entrada a nuevos roles dramáticos que le otorgaron el reconocimiento del medio cinematográfico. Sin embargo, para 1970 su estrella de actor casi se había apagado, quedando relegado a papeles secundarios y a villanos de poca monta.

No sería hasta el arrollador éxito de "Y donde está el piloto?" (Airplaine!, 1980) que su carrera resurgiría lentamente. Más tarde encarnaría al disparatado y torpe teniente Frank Drebin en "Police Squad" (1982) serie televisiva que a pesar de haber sido cancelada en su sexto episodio logró alcanzar cierto status de culto que animaría a sus productores, David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker a llevar la misma idea al cine en la trilogía "La pistola desnuda" (The naked gun). El éxito de la saga convirtió a Nielsen en estrella y de ahí en más en una cara habitual en docenas de comedias a lo largo de las dos últimas décadas.

Aunque ya en algunas de sus últimas películas se notaba su deterioro físico, Nielsen solo dejó de trabajar cuando se vió obligado a seguir un estricto tratamiento médico.
Falleció internado en un hospital de Fort Lauderdale debido a complicaciones relacionadas con una neumonía. Tenía 84 años de edad y casi 60 de carrera actoral.
Hasta siempre Leslie.

domingo, 31 de octubre de 2010

"Machete" (2010) de Robert Rodriguez

Machete (Danny Trejo) es el nombre clave de un ex agente de la policía de México, que tras ser traicionado por los suyos durante una misión de rescate y ver como es asesinada toda su familia logra escapar a los Estados Unidos. Allí vive en la clandestinidad trabajando en empleos jornaleros como un espalda mojada más hasta que es contactado por Michael Booth (Jeff Fahey). Booth le ofrece asesinar al racista senador McLaughlin (Robert De Niro) en medio de un acto público a cambio de una suculenta cantidad de dinero. Pero durante el atentado Machete vuelve a ser traicionado y dado por muerto. Una vez más logra escapar, pero esta vez no piensa ocultarse e irá por la cabeza de Booth, de McLaughlin y de todos quienes lo han engañado.

"Machete" es la expansión de la idea base planteda en el falso trailer que acompañaba al dueto de películas que conformaban "Grindhouse", aquel fracaso fílmico en clave de homenaje al cine explotation de los años 70 pergeniado por Quentin Tarantino y Robert Rodriguez en el 2007. Es en realidad la concreción de una vieja idea de Rodriguez como guionista; la creación de un héroe netamente mexicano que funcionara como un vengador ante la discriminación y el brutal tratamiento que sufren miles de sus compatriotas en la frontera que divide a su país de los Estados Unidos.

No debe ser coincidencia que Rodriguez haya decidido filmar esta película en momentos donde la cuestión del flujo de inmigrantes ilegales desde México es un tema candente debido al creciente apoyo que está recibiendo en territorio yanki la descabellada idea de construir un muro que separe ambos paises. Hay una buena cantidad de segmentos que funcionan como una crítica bastante directa a toda la política migratoria estadounidense a lo largo de la trama, la mayoría plasmadas mediante absurdos -los spots publicitarios para la re-elección del senador xenófobo que interpreta De Niro son un buen ejemplo- usando un tono paródico que aunque habitualmente le funciona, no quita que de a ratos pueda resultar exageradamente rebuscado, más aún cuando las humoradas van precedidas de momentos de extrema seriedad.


No es algo raro en Rodriguez, un tipo que nunca ha sido demasiado comedido al intercalar sus imaginativos excesos argumentales con su sentido crítico. Quienes hemos visto todo lo que ha filmado desde sus orígenes a comienzos de la década de 1990 hasta la fecha, sabemos que es un director tendiente a las exageraciones tanto en lo visual como en lo argumental. Ha sido desde siempre su marca de fábrica y ciertamente no creo que le interese demasiado equilibrar de forma equitativa ambas cosas. "Machete" no es la excepción.
Está repleta de secuencias de acción de principio a fin, la mayoría de ellas tan sangrientas y exageradas que bordean lo disparatado -la del héroe escapando por una ventana colgado de los intestinos de un rival es un ejemplo-. Pero como en casi todas las películas de Rodriguez, es su calidad para filmar la acción más descerebrada y hacerla verosímil dentro de su propio contexto la forma en la que disimula las carencias de sus guiones que suelen ser bastante lineales y repletos de elementos y situaciones que no tienen demasiada lógica.

Como también suele ser costumbre en sus últimas películas, Rodriguez vuelve a reunir a un elenco multiestelar con el que parece apostar a la curiosidad del público por ver a determinados actores conocidos en papeles en los que es poco habitual verlos. Así tenemos a un Robert De Niro como villano interpretando a un senador corrupto y racista, a Steven Seagal -cada vez más obeso y mucho menos ágil- muy lejos de sus cansinos papeles de héroe interpretando a un capo mexicano del narcotráfico y hablando un castellano espantoso y a un Don Johnson resucitado y sorprendentemente bien conservado a pesar de los años, utilizando anteojos de sol hasta en las secuencias nocturnas. También aparecen por ahí la polémica Lindsay Lohan con unos desnudos de dudosa autoría -no se ve casi nunca su rostro en esas secuencias- y una preciosa Jessica Alba en un rutinario y poco creíble papel de agente de migraciones.

Pero el punto más llamativo del reparto es sin dudas el protagónico de Danny Trejo, un actor habitualmente segundón y poco agraciado físicamente, muy acostumbrado a los papeles de villano y matón latino a quien le toca ser el héroe que le da nombre al film. No es un tipo demasiado expresivo al momento de los diálogos, motivo por el que seguramente tiene muy pocos, pero en el momento de la acción es absolutamente efectivo a pesar de sus 66 años de edad y unos cuantos quilitos extras. No hay dudas que era la elección correcta para ese papel.

Aunque su mezcla de denuncia sociopolítica en clave cómica con secuencias de acción repletas de sangre y tiros pueda resultar de a ratos un poco bizarra, "Machete" es sumamente entretenida. Sus defectos de continuidad y su falta de lógica al mezclar ideas son parte vital de su propuesta. Si nos ponemos a comparar, es muchísimo mejor que bodrios del mismo director como "Érase una vez en México" (Once upon a time in Mexico, 2003) donde Rodriguez pretendió en forma fallida y artificiosa reactivar la química entre Salma Hayek y Antonio Banderas que tan buenos réditos le había dado en 1996 en "Desperado" y ni que decir que mucho más divertida que la mayoría de las películas de acción que se han estrenado este año.

Puntaje: 7/10

martes, 26 de octubre de 2010

"Batalla por Terra" (Battle for Terra, 2007) de Aristomenis Tsirbas

Terra es un pacífico planeta ubicado en un punto distante de nuestra galaxia habitado por una pequeña raza de seres inteligentes que convive de forma armoniosa con la naturaleza de su mundo. Pero esa paz se ve amenazada cuando los últimos seres humanos sobrevivientes del extinto planeta Tierra llegan en una inmensa astronave con la intención de colonizar Terra, erradicando a los nativos terranos en el proceso. La amistad que se genera entre un piloto de combate terrestre y una joven terrana puede ser la única esperanza de detener el inminente conflicto entre ambas especies.

Basada en un cortometraje animado que el mismo director Aristomenis Tsirbas desarrollara en el año 2003, "Battle for Terra" es una versión expandida de la premisa de aquel corto. Tras conseguir el apoyo financiero necesario y la distribución de Lionsgate, Tsirbas logró tras varios años de trabajo que su film se estrenara en cines estadounidenses en el 2009. Pero su resultado en taquilla fue paupérrimo pasando prácticamente desapercibida para el público. Los motivos de su fracaso se reparten entre la pésima campaña publicitaria realizada en su momento por un lado y los numerosos defectos que de a ratos sobrepasan las virtudes del producto por otro.

Entre esos defectos el primero a destacar está relacionado con la ambigüedad de la historia, que por momentos parece no saber definirse en cuanto al público al cual va destinada. Tanto el diseño de los terranos -una especie de gusanitos voladores con rostro de teletubbie- y su sociedad -muy similar a una comunidad de criaturas mágicas- así como los primeros minutos de la historia, perfectamente podrían catalogarse como un compendio de elementos extraídos de un libro de cuentos para niños. Dicho de otro modo; hay una apresurada tendencia del guión por plantear la inocencia de lo terranos en términos que rozan lo infantil. Debe haber motivos evidentemente económicos para ello -cuanto mas simple luzca, menos tiempo y dinero cuesta- pero lo cierto es que comparado con lo que se nos muestra después toda esa puesta en escena chirría bastante.
Afortunadamente el diseño de todo lo relacionado con los humanos -salvo su aspecto físico, que aunque luce poco definido y algo geométrico resulta lo suficientemente expresivo- está bastante bien; desde sus naves de combate -que recuerdan mucho a algunos cazas de la Alianza Rebelde en "El retorno del Jedi"- a los interiores de la gigantesca y destartalada nave madre, lucen bastante creíbles. La situación de los humanos a bordo de la misma es desesperada; su oxígeno y sus reservas se están agotando rápidamente, lo que apresura la decisión de los militares de invadir y terraformar el planeta lo antes posible sin medir las consecuencias que ello tendría para las formas de vida nativas. Las valoraciones éticas y morales de esta situación no se profundizan demasiado ya que el guión prefiere diluirlas en función de lo meramente discursivo.

Tras el planteo de las facciones en disputa, la historia se desarrolla por los derroteros de lo previsible; un piloto terrestre se accidenta en el planeta y es rescatado por Mala, una niña terrana más fascinada que atemorizada por la presencia de los invasores. Ese encuentro hará que ambos conozcan más de sus respectivos mundos y sembrará la duda en el humano sobre las intenciones de sus superiores de tomar el planeta por la fuerza.

Todo este segmento de descubrimiento junto con la primera parte del film, son los puntos más chatos de una trama que levanta vuelo recién cuando se hace evidente que el plan de ataque terrestre es ya inevitable y ambos personajes se ven obligados a combatir en bandos opuestos.

Es aquí­ donde el argumento da un giro sorpredentemente adulto mostrándonos a unos terranos plenamente organizados y preparados para el combate, tripulando unas aerodinámicas naves equipadas con rayos destructores o unos ingeniosos vehículos cuadrúpedos armados con una especie de cañón de plasma, anulando toda aquella imagen de sociedad primitiva y casi mágica del comienzo. Es cierto que este cambio resulta un poco sacado de la galera y genera muchas dudas -¿cómo una raza pacífica que no ha sabido de guerras en siglos organiza una fuerza armada tan poderosa en tan poco tiempo?- pero no es menos cierto que este cambio de tono le hace subir varios puntos a la trama.
La batalla final es sorprendentemente dinámica. Tsirbas pone toda la carne en el asador demostrando su calidad como técnico de animación digital y su buen timing a la hora de dirigirla mostrándonos docenas de naves combatiendo en un enfrentamiento sin concesiones donde cualquiera puede caer, siendo esta una de las mas notorias diferencias con las aventuras animadas de estudios como Dream Works o Pixar en las que el concepto de muerte suele ser a veces exageradamente disimulado o directamente evitado.

"Batalla por Terra" es un film animado valorable pero irregular. Su ambigüedad a la hora de definirse como un producto destinado a una platea infantil o una adulta junto con algunas notorias incongruencias argumentales son sus principales deficiencias. Como alegato antimilitarista también se queda algo corta en la exposición de su mensaje ya que no se toma el tiempo necesario para desarrollarlo.

Aún con todo es una propuesta de animación humilde y aceptablemente buena a la que sería injusto exigirle algo que muchas veces los blockbusters animados de los estudios especializados en el campo ni siquiera ofrecen.

Puntaje: 6/10

domingo, 17 de octubre de 2010

"La carretera" (The road, 2009) de John Hellicoat

Precedida del enorme éxito de la novela ganadora del Pulitzer de Cormac McCarthy en la que se basa, "La carretera" es probablemente uno de los mejores estrenos de este año.
En esta road movie de ribetes postapocalípticos, un padre y su hijo recorren el desolado paisaje de un mundo moribundo, en el que todas las fuentes de recursos han desaparecido y donde la especie humana está al borde de la extinción. En su periplo hacia el sur el padre -interpretado por Viggo Mortensen- hará lo que sea para mantener con vida a su pequeño, el cual se ha convertido en el único motivo por el cual aún no ha tomado la decisión de autoeliminarse, medida por la que han optado familias enteras ante la falta total de esperanza y el miedo a ser devorados por los grupos de caníbales que ahora pululan en busca de carne humana.

El mayor mérito del film de Hellicoat así como del libro en el que se basa, se encuentra en el encare de una historia que evade los cánones más rutinarios de éste género alejandose hábilmente de los modelos por los que habitualmente Hollywood ha optado para plasmarlo -la acción estridente de la saga "Mad Max" o el misticismo exagerado de la reciente "El libro de los secretos" como ejemplos- prefiriendo centrarse en mostrar el aterrador nivel de degradación humana en el que pueden llegar a caer los hombres una vez eliminado el orden social y todo atisbo de civilización.

Las razones de la catástrofe global nunca son bien explicadas -¿una guerra nuclear?- pero tampoco importan. No hay concesiones en este nuevo mundo de caos; todo luce gris y sin vías de escapatoria posibles. Sin embargo, padre e hijo tratan de mantener en alto la dignidad y la moral de la que alguna vez se jactó nuestra especie y cuya decadencia se ve reflejada en numerosos flashbacks que además sirven para mostrar ciertas facetas del bienestar de la otrora luminosa vida familiar del protagonista.

La labor de Mortensen es sencillamente impecable, verdadero sosten de la historia, dando una impresionante verosimilitud al gradual deterioro físico que va sufriendo a lo largo de la película. La labor del pequeño Kodi Smit-McPhee como su hijo es igualmente encomiable, transmitiendo la carga de inocencia necesaria para comepensar la terrible desesperanza que por momentos gana a su progenitor y dándole un atisbo de fe al oscuro panorama general que se le ofrece al espectador.
Lamentablemente otros nombres talentosos del elenco como Robert Duvall o Guy Pierce, tienen unas muy breves participaciones siendo especialmente llamativa la del anciano interpretado por Duvall, que aunque impecable, tiene una incidencia casi nula en la historia y desaparece de la misma sin demasiadas explicaciones.


A pesar de lo desoladora al punto de lo bajoneante, "La carretera" resulta ser un film absolutamente absorbente, que atrapa desde sus primeros minutos y que solo decae algo cerca de su final, que intentando plasmar un mensaje un tanto sensiblero sobre el valor de la familia como sinónimo de futuro, quizás resulte un poco discordante con la tonalidad oscura que hasta ese momento venía llevando la historia.

Obviando ese detalle estamos ante una película imprescindible y totalmente recomendable, de lo mejor del año estrenado en cines, que debería ser considerada además como toda una advertencia sobre un futuro que, nos guste o no, puede estar a la vuelta de la esquina.

Puntaje: 7/10

miércoles, 6 de octubre de 2010

"Depredadores" (Predators, 2010) de Nimrod Antal

"Depredador" ha sido una de las sagas de ciencia ficción más vapuleadas de los últimos años. Tras el éxito del primer film en 1987, que a ciertos niveles marcaría un antes y un después dentro del género, le llegó su secuela cuatro años después, "Depredador 2", que aunque inferior en calidad y sin Schwarzenegger en el protagónico igualmente resultaba bastante entretenida. A pesar de que muchos auguraban una pronta tercera entrega, tuvieron que pasar casi 15 años hasta que los mortales asesinos espaciales y su universo fueran retomados en la irregular "Alien Vs. Depredador" y un par de años después en la aún más floja "Aliens Vs. Depredador: Requiem", ambas en principio basadas en una popular serie de comics pero que en realidad poco y nada tenían que ver desde lo argumental con ellos.

Ahora nos llega "Depredadores", el último intento hollywoodense por tratar de rescatar a uno de los monstruos ochenteros más famosos, esta vez bajo la dirección del húngaro Nimrod Antal y apadrinamiento del director mexicano Robert Rodriguez que en este caso auspicia de productor. Curiosamente, la idea original para "Depredadores" la tuvo el mismo Rodriguez hace unas dos décadas, tras el estreno de "Depredador 2", época en la que llegó a escribir un esbozo de guión a modo de secuela donde narraba como un grupo de humanos -incluídos los mismísimos Arnoldo y Danny Glover- eran raptados por los depredadores y llevados a su mundo.

De esa idea original quedó solo su base y poco más, por lo que la acción de "Depredadores" nos lleva a un lejano planeta selvático, donde un grupo de combatientes humanos abducidos ha sido abandonado allí con la idea de que sirvan de presa a un grupo de depredadores con ganas de cazarlos uno por uno. El variopinto grupo de humanos está encabezado por un experiente mercenario interpretado por Adrien Brody, un actor habituado al drama y la comedia y por el que la mayoría jamás hubiésemos apostado como héroe de acción, pero que sorprende con una performance bastante sólida y carismática. Lo secundan una merecenaria de la CIA interpretada por Alice Braga, un mexicano matón interpretado por el siempre feo Danny Trejo y una larga lista de asesinos que van desde un yakuza, pasando por un fiero soldado ruso a un psicópata condenado a muerte.Desde el vamos está clarísima la intención de volver a los orígenes de la saga; una selva como escenario, un grupo de hombres armados y una amenaza invisible representada ya no por uno si no por varios cazadores alienígenas. El problema que yo le veo a este contexto es que a diferencia del film original, el factor sorpresa es nulo. Después de cuatro películas la amenaza a estas alturas ya es más que conocida y el argumento ofrece muy pocas innovaciones como para que el público potencial de la película -el que ha visto las anteriores- resulte medianamente recompensado por la espera. Y eso empieza a notarse cuando aparecen algunos elementos, como la lucha de castas entre depredadores o los mastines de caza -detalles extraídos directamente de algunos números de la novela gráfica "Aliens Vs. Predator"- y algún que otro personaje sorpresa -el sobreviviente escondido en la nave abandonada, interpretado por Laurence Fishburne- que parecen metidos para darle cierto aire de "renovación" a la trama pero que convierten a la película más en un híbrido de los films anteriores con algunas ideas -y no justamente las mejores- extraídas de los numerosos comics basados en la saga que otra cosa.

Ni siquiera la música de John Debney aporta algo de originalidad al conjunto, ya que es prácticamente un calco de la magistral partitura que Alan Silvestri compuso para las dos primeras entregas.

Que no se me malentienda; no digo que "Depredadores" sea una mala película, pero funciona mejor como una remake de la original que como una continuación directa. El hecho es que prometía mucho más en lo previo -sobre todo después de ver aquel trailer en el que se mostraban cosas como el personaje de Brody iluminado por el laser de docenas de miras depredadoras, algo que jamás sucede en la película- por lo que después del desastroso resultado de las pésimas adaptaciones de "AVP", uno tenía todo el derecho a creer que esta nueva entrega iba a ser mucho más afín con las expectativas generadas.

"Depredadores" se deja ver, tiene sus buenos momentos de acción y alguna que otra secuencia que alguna vez todos los aficionados quisimos ver -como la pelea cuerpo a cuerpo entre dos depredadores- pero se disfrutará mucho más si se la visiona con nulas pretensiones de ver algo sorprendente o realmente nuevo.

Puntaje: 5/10

sábado, 2 de octubre de 2010

Ya llega Montevideo Fantástico 5

Desde el martes 12 y hasta el domingo 17 de octubre inclusive tendrá lugar en las dos salas de Cine Universitario (Canelones 1280) la quinta edición de Montevideo Fantástico, el festival internacional cinematográfico de terror, fantasía y ciencia ficción en Uruguay.

Para este año el evento contará una vez más con numerosos trabajos de casi 20 países, donde se podrán ver materiales en competencia, novedades, muestras informativas, y homenajes a destacados maestros y cineastas del género, como Lon Chaney, el uruguayo Román Viñoly Barreto, Wolf Rilla, Freddie Francis y Dan Curtis.
Dentro de los largometrajes que compiten se exhibirán films provenientes de Argentina, Australia, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, España, Estados Unidos, Hungría, Inglaterra, Italia, México y Serbia. Uruguay esta vez estará presente con su sección de cortometrajes en competencia, además de otros trabajos que irán dentro de la sección informativa de cortos.

Cabe señalar, como es habitual y al igual que el Jurado, que el público asistente también podrá votar por los premios a Mejor Largometraje del Festival, Mejor Película Latinoamericana, Mejor Cortometraje, Mejor Corto Latinoamericano y Mejor Cortometraje Uruguayo.

También se realizarán sorteos de entradas dobles para próximos estrenos de circuito comercial y la tradicional entrega de premios, el domingo 17 de octubre, donde se exhibirán los elegidos del Jurado como Mejor Película y Mejor Cortometraje del Festival, con entrada libre y gratuita.

La programación se puede ver en la web del festival www.montevideofantastico.com.uy y el catálogo estará disponible a partir de la semana próxima en Cine Universitario.

Montevideo Fantástico es organizado por Arte7.com.uy

Auspician: Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay (ICAU), a través del Ministerio de Educación y Cultura (MEC); Locaciones Montevideanas, a través de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM); Cine Universitario del Uruguay; Videoson; La Máquina de Pensar, a través de Radio Uruguay (1050 AM); Cinemag; Cinefania.com; QuintaDimension.com

Colaboran: Festival Buenos Aires Rojo Sangre (Argentina); Festival FIXIÓN-SARS (Santiago de Chile); Festival Fantaspoa (Porto Alegre, Brasil).

Apoyan: Tevé Ciudad; Terrorifilo.com; Cartelera.com.uy; revista mensual uruguaya Dimensión Desconocida; El Rincón del Coleccionista.

Contacto: prensa@montevideofantastico.com.uy

lunes, 20 de septiembre de 2010

"La caja mortal" (The Box, 2010) de Richard Kelly

1976. Arthur y Norma Lewis son un matrimonio común y corriente que recibe la visita de un misterioso hombre de rostro desfigurado que les hace un particular regalo junto con una no menos sigular propuesta; una caja de madera con un botón sobre ella el cual, si es pulsado por la pareja, los hará acreedores a un millón de dólares en efectivo. El problema es que una vez pulsado, alguien que no conocen morirá en algún lugar del planeta. La tentación por resolver sus vidas de una manera tan extrañamente sencilla hará que ambos empiecen a investigar en pos de resolver sus dudas. ¿Quien es ese enigmático hombre? ¿De que manera puede esa misteriosa caja matar a alguien en algún lugar solo por apretar un botón? ¿Podrán sus conciencias soportar el saber que alguien murió solo para que ellos tengan una vida mejor?

"La caja mortal" tiene su origen en el cuento corto "Button, button" que el magistral Richard Matheson, autor de "Soy leyenda", escribió en los años sesenta y que apareció publicado por primera vez en 1970 en la revista Playboy y luego en cantidad de recopilaciones de relatos cortos de ciencia ficción.

El director Richard Kelly intentó durante varios años llevar el mismo cuento al formato de largometraje, una labor bastante ardua si tenemos en cuenta que el mismo material literario había sido convertido en 1986 en un episodio televisivo para la nueva versión de "La Dimensión Desconocida" y que sus escasos veinte minutos de duración sobraban para desarrollar la historia, los personajes y la moraleja final del relato.

La primera media hora de "La caja mortal" se desarrolla de forma bastante similar a aquel capítulo televisivo; el planteamiento de las dudas y los miedos de la pareja protagónica ante la disyuntiva de aceptar o no pulsar el botón de esa caja con el premio de una sustanciosa recompensa económica por hacerlo, pero al precio de quitarle la vida a alguien en algún lugar del mundo.
Al igual que en el cuento, todas las valoraciones morales surgidas de esta situación resultan ser lo más interesante de la historia, pero Kelly se arriesga a ir mucho más allá proponiendo indagar en los orígenes de la misteriosa caja y del no menos misterioso hombre que la ofrece.El problema es que la revelación del misterio no resulta tan interesante como el misterio en sí y pasada esa primera etapa introductoria, el guión -adaptado por el mismo Kelly- se aventura a plantear cantidad de premisas y explicaciones, algunas de ellas realmente traídas de los pelos, que van desde la existencia de vida en Marte, pasando por puertas interdimensionales y conspiraciones gubernamentales, a planes de seres "superiores" interesados en poner a prueba a la especie humana por motivos nunca demasiado claros.

El resultado es un pastiche de ideas no muy buenas, que entrelazadas en una historia que se dispara en cantidad de direcciones empieza por aturdir al espectador y luego por aburrirlo.
Al igual que sucedía con aquel viejo episodio televisivo, el final del film es completamente distinto al del cuento original, pero mientras que en aquel el final resultaba, si bien no del todo redondo sí aceptable y satisfactorio, en "La caja mortal" resulta absolutamente todo lo contrario.

Da toda la impresión que Kelly no supo demasiado bien que hacer con el material original y ante la carencia de ideas optó por introducir muchos elementos de su propio interés, algunos de corte absolutamente transcendentalista muy semejantes a los que le vimos en su elogiada ópera prima "Donnie Darko" (2001) relacionados a la existencia de un destino y a nuestra capacidad de cambiarlo en base a nuestras acciones.

Si bien es cierto que el material de base no daba para un film de casi dos horas, es una pena que toda una historia que hasta los primeros 45 minutos se hacía medianamente interesante, se desbarranque hacia algo con tan poca fuerza y tan mal pergeniado dejando como lo más valioso del conjunto la buena ambientación en los años 70 y un par de actuaciones regularmente decentes, en especial la de un siempre prolijo Frank Langella, que transmite con su sola presencia una sensación perturbadora que debió ser mejor aprovechada por el relato. En cuanto a Cameron Díaz, bueno... es encomiable su actitud de querer cambiar los registros de su carrera tan marcados por la comedia y el romance hacia terrenos más dramáticos, pero debería empezar a cuidar en que papeles se mete. No es que esté mal, pero deja la sensación de no ser la mejor elección para el personaje que le tocó interpretar y que su nombre en el protagónico no parece tener otra función que la de vender mejor la película.

En suma, el resultado final de "La caja mortal" es el de un producto tremendamente pretensioso, que promete mucho más en su media hora inicial de lo que termina dando y que exige de los espectadores un nivel de compenetración y aceptación de sus planteos, muchos de ellos tan forzados como poco creíbles, que difícilmente la mayoría esté dispuesto a aceptar.

Puntaje: 4/10

miércoles, 15 de septiembre de 2010

"Enterrado vivo" (Buried alive, 2010) de Robert Kurtzman

Un grupo de estudiantes viaja a una casa en medio del desierto con la intención de encontrar un antiguo tesoro escondido allí hace décadas. Pero una vez en el lugar, comienzan a experimentar una serie de hechos extraños relacionados con una vieja leyenda local; el espíritu de una mujer enterrada viva por su marido en el sótano de esa misma casa que por razones sobrenaturales vuelve a la vida cada tanto en busca de venganza.

El director Robert Kurtzman tuvo su relativo momento de gloria en 1996 gracias a "Wishmaster: El amo de los deseos" un film de terror fantástico bastante entretenido y producido por el especialista en el género Wes Craven, que resultó un producto relativamente exitoso en su época a tal punto que tuvo tres secuelas, todas ellas de menor calidad que la original. Desde entonces, Kurtzman no ha vuelto a dirigir nada de una calidad medianamente aceptable hundiéndose en una serie de producciones de terror barato, la mayoría bastante mediocres y de edición directa al dvd. Dudo que "Enterrado vivo" lo ayude a salir de esa situación.

Es un producto que refrita media docena de ideas ya refritadas; adolescentes calenturientos metidos en una trama sobrenatural en medio de la nada, alejados de cualquier ayuda posible, que deben enfrentar una amenaza venida del más allá la cual a duras penas logran comprender.
Está bien... podrán decirme -y con razón- que hay docenas de películas de género con argumentos similares de buena calidad e inclusive muchas que hoy son consideradas clásicas, pero les aseguro que éste no es el caso.

El problema con el film de Kurtzman es que no solo falla en encarar el trillado tema de su película de una forma que sea medianamente interesante como para mantener un suspenso parejo y creciente, sino que además y para colmo, se demora demasiado en plantear la amenaza que deben enfrentar sus protagonistas. Tal es así, que recién veinte minutos antes del final la fantasmal aparición que busca venganza por haber sido enterrada viva, comienza a hacer lo suyo llevando a cabo una serie de asesinatos bastante sangrientos pero muy tardíos como para compensar casi una hora y pico de vacío argumental y de sustos facilones.
El desarrollo de la historia es excesivamente lento, algo imperdonable en cualquier producción de género que no llegue a la hora y media de duración. Para peor, la forma en la que Kurtzman plantea la leyenda sobrenatural carece de consistencia y hay momentos en que no tiene mayor sentido lo que se explica sobre ella con lo que está sucediendo. Así, se mezclan historias de fantasmas tradicionales con mitología india relacionada con talismanes para espantar espíritus, pero de una forma tan ramplona que todo termina sonando demasiado traído de los pelos.

Por lo menos el guión no se olvida de que se trata de una película de terror con adolescentes, por lo que no faltan las acostumbradas secuencias de desnudos femeninos para exclusivo beneplácito de la platea masculina, cosa que al menos amenizan en algo la monotonía de una hora de película en la que no sucede prácticamente nada.
También aparece por ahí un Tobin Bell bastante perdido, intentando lucrar con el terror lo más que puede aprovechando la popularidad que se ganó con su siniestro asesino Jigsaw en la saga "El juego del miedo".

"Enterrado vivo" podrá ser un producto de terror barato y pasatista, pero eso no lo excusa de ser muy pobre en todos los sentidos. Para pasar completamente por alto u olvidable al poco rato de verlo.

Puntaje: 3/10

domingo, 12 de septiembre de 2010

"Resident Evil 4: Resurrección" (Resident Evil: Afterlife 3D, 2010) de Paul W. S. Anderson

Alice (Milla Jovovich) tras tomar venganza de la corporación Umbrella destruyendo su cuartel general en Tokyo, vuela a Alaska en busca de Arcadia, la misteriosa población libre de la infección que ha convertido en muertos vivientes a la mayoría de la población del planeta. Pero una vez allí, descubre que ese lugar ha desaparecido, por lo que decide viajar a una destruida ciudad de Los Angeles en busca de sobrevivientes.

La saga cinematográfica "Resident Evil" comenzó allá por el año 2002 y se puede decir que en reglas generales y a pesar de tener muchísimos detractores, resultó una adaptación bastante decente del videojuego japonés en el que se basa. Su éxito sirvió para que desde entonces y aproximadamente cada dos años se estrene una nueva secuela.
En este año 2010 nos llega la cuarta entrega dirigida por Paul W. S. Anderson, director de la primera parte y guionista de las secuelas que le siguieron.

Ello no significa que "Resident Evil 4: Resurrección" sea mejor que las anteriores, de hecho es probablemente la mas floja de todas hasta ahora. Anderson nunca se ha caracterizado por la originalidad de sus películas, pero una cosa es no preocuparse y otra muy diferente es irse directamente al plagio de ideas, encuadres y estéticas a tal punto que por momentos parece que estamos viendo una nueva secuela de "Matrix". Y no es casual que mencione al film de los Wachowski, porque realmente hay secuencias enteras que parecen haber sido pensadas y creadas por ellos mismos.

Basta ver para comprobarlo el uso repetitivo del que hace Anderson del ralenti de cámara en las secuencias en las que la protagonista propina las ya acostumbradas palizas a zombis y soldados de la malvada corporación Umbrella o los efectos time-bullets tras cada disparo de sus armas, sin olvidar al villano principal, una mezcla mal disimulada entre Neo y Darth Vader.

Las variantes argumentales tampoco son nada del otro jueves y algunas brillan por su nula originalidad o por su falta de consistencia. Basten como ejemplos; la droga que el villano inyecta a Alice y que supuestamente anula todos sus poderes físicos y mentales, pero que aún así no le impide a la protagonista seguir dando y recibiendo golpes a los que ni un elefante podría sobrevivir o realizar proezas sobrehumanas, o la secuencia de los sobrevivientes atrapados en una prisión rodeada de muertos vivientes que los acechan para devorarlos, con algo más que reminescencias a "El amanecer de los muertos" de George Romero, o la "nueva" mutación de zombis de boca tenticular idénticos a los vampiros mutantes de "Blade 2" y que el argumento omite olímpicamente explicar de donde salieron. Tampoco ayuda mucho que tanto Alice como sus compañeros de combate parezcan por momentos héroes sobrehumanos, mucho más que en las otras entregas, invencibles ante cualquier enemigo que se les presente. Esa aparente invulnerabilidad le resta interés a los ojos de un espectador que termina acostumbrandose al hecho de que nada les pasará.

Parecería ser que Anderson ha asumido que toda la saga es un producto de consumo exclusivo para fanáticos y apoyándose en eso termina creando una secuela cuya única virtud es la de ser consecuente con los planteamientos más básicos de sus antecesoras. Tal vez sea por eso que esta cuarta entrega venga acompañada del reclamo de la tridimensionalidad, un recurso cada vez más utilizado por productos que a sabiendas de su falta de ideas y poca originalidad, se agarran de cualquier elemento ajeno a lo artístico para venderse mejor.

No voy a decir que la película es aburrida porque estaría mintiendo, pero ciertamente, es un producto que parece hecho exclusivamente para incondicionales que no tengan la más mínima intención de cuestionarse la cantidad de defectos que el mismo tiene. Hay acción a raudales y posiblemente sea la menos dialogada de toda la serie, pero aún así es la peor de una saga que parecía ya haber mostrado lo peor en la tercera entrega.
Y si nos guiamos por su final, que vuelve a ser totalmente abierto, presentando además lo que parece ser una nueva villana -hay que esperar que pasen los títulos de crédito para verla- y por el hecho de que ha recaudado casi 30 millones de dólares solo en su primer fin de semana en Estados Unidos, todo parece indicar que éste podría ser el comienzo de una nueva trilogía... y una nueva oportunidad para mejorar algo que, a estas alturas, parece imposible que pueda empeorar.

Puntaje: 5/10

miércoles, 1 de septiembre de 2010

"Nunca digas nunca jamás" (1983) - El regreso de Sean Connery a la saga Bond.

No fueron pocos los que en 1983 se sorprendieron al ver a Sean Connery nuevamente como el mítico agente James Bond, papel que había interpretado por última vez en 1971 en "Los diamantes son eternos" y al que a pesar de numerosos ofrecimientos siempre se había negado a volver.
La realidad era que para comienzos de los años 80 la carrera de Connery estaba en una relativa caída libre, por lo que el ofrecimiento del productor Kevin McClory para volver a interpretarlo en "Nunca digas nunca jamás" significó para el actor escocés un salvavidas. McClory no solo era el productor ejecutivo del film sino también el autor del guión, que es el mismo que escribió junto a Ian Fleming para "Operación trueno" la cuarta entrega de la saga Bond filmada en 1965 y que por una cantidad de problemas legales relacionados con su autoría, terminó en posesión de McClory lo que le permitió hacer usufructo del mismo recién 17 años después de forma independiente a la productora Eon de Albert R. Broccoli.

Ese es el motivo por el cual "Nunca digas nunca jamás" sea considerada junto a la primera versión de "Casino Royale" (1967), una producción no oficial dentro de la filmografía Bond y es por ello también que suele ser vista como una remake modernizada de "Operación trueno".


El tema central de ambas películas es obviamente el mismo.
La organización terrorista SPECTRE se apodera de dos armas nucleares robadas tras ser disparadas por un bombardero en pleno vuelo. Con ellas en su poder, la temible organización chantajea a las naciones del mundo a cumplir con sus multimillonarias demandas bajo amenaza de detonarlas y así empezar un conflicto nuclear. Bond, internado en un centro de recuperación tras fracasar en una misión, es encomendado por el gobierno británico a localizar las armas y detener a la organización criminal a la que tantas veces ha derrotado años antes.

Aunque hacer una remake de un film considerado clásico -para los 80 todos los films Bond de la era Connery ya tenían ese estatus- resulta casi siempre problemático, lo cierto es que "Operación trueno" era un film bastante irregular y mejorable en muchísimos aspectos. Su enorme cantidad de tiempos muertos y lo espaciado de sus escenas de acción la convirtieron en una de las mas flojas de la saga. Por ello, adaptarla con un enfoque más moderno y movido tenía su sentido y ese fue el objetivo de McClory que junto con el director Irvin Kershner le dieron un encare mas bien ochentero, aunque sin caer en las exageraciones paródicas del Bond interpretado por Roger Moore en esa misma época y sin que ello significara olvidar los orígenes del personaje los cuales hasta homenajea. Es por ello que no faltan aquí la típica persecución automovilística de cada capítulo de la saga, en este caso con un 007 demostrando sus habilidades montado en una motocicleta repleta de gadgets o las secuencias de acción en escenarios exóticos, como el enfrentamiento submarino cerca del final, fantásticamente fotografiado y uno de los puntos fuertes del guión. Tampoco faltan las alusiones referidas a la edad de un Bond algo más que maduro -en ese entonces Connery andaba en los 53 pirulos- y todo lo concerniente a su regreso y a las dudas sobre si mantendría intacta su efectividad a pesar de sus años.

El elenco elegido también fue uno de sus grandes aciertos. El villano, al igual que en "Operación trueno", es Maximillian Largo, líder de SPECTRA, interpretado por el austríaco Klaus María Brandauer que le dió al personaje un tono acertadamente menos refinado y más sicótico del que carecía el villano interpretado por Adolfo Celi en el original. En el apartado de las acostumbradas chicas Bond, la escultural Barbara Carrera, en un papel de asesina obsesionada con matar al agente doble cero, un poco recargado y demasiado caricatural pero aceptable, y una hermosísima Kim Basinger en el papel que la descubrió definitivamente tanto para el público como para Hollywood.
En su contra, "Nunca digas nunca jamás" cuenta con una de las partituras musicales más pobres y menos acordes jamás escuchadas en una película de 007. John Barry, autor de la clásica tonada del agente 007, no pudo ni prestarla ni componer una partitura nueva debido a las resctricciones legales impuestas por la Eon para ello. En su lugar, todo el acompañamiento musical quedó a cargo de Michael Legrand que realizó un trabajo demasiado ajeno al espíritu de la saga.
Su otro gran punto en contra es la recurrencia a un humor no muy inteligente para llenar tiempos muertos con secuencias demasiado descolocadas que poca y ninguna gracia producen, como la breve aparición de Rowan Atkinson -el futuro Mr. Bean- en una participación de comedia demasiado ridícula, o toda la patética pelea de Bond contra otro tipo en el centro médico. Está clara la intención de que este episodio no oficial de la saga mantuviera distancia de ella aunque intentase contínuamente homenajerla, por lo que es posible que tanto McClory como Kershner hayan querido aprovechar la oportunidad para darle su toque de distinción usando tonos de comedia más acentuados que en cualquier otro film de la serie. Para mi gusto es un error que le quitó puntos a la efectividad del producto, una falta que por fortuna queda compensada por los aciertos del resto del metraje.
En definitiva, como actualización del film de 1965 no hay dudas que "Nunca digas nunca jamás" resulta bastante superior en muchos aspectos. No es una película perfecta ni tampoco memorable, pero cumple como entretenimiento en forma correcta.

Puntaje: 6/10

Sean Connery abandona la actuación.

Pues si. No es la primera vez que lo dice en los últimos 20 años, pero esta vez parece que va en serio.
El veterano actor escocés Sean Connery ha anunciado oficialmente que deja la escena tras más de 50 años de carrera actoral y 70 películas en su haber. Asociado para siempre con el personaje que mas fama le dió, el agente británico James Bond, al cual encarnó entre 1962 y 1971 sin mencionar la película no oficial de la saga "Nunca digas nunca jamás" (1983), Connery logró salvar el difícil escollo del encasillamiento al que se debió enfrentar tras abandonar la serie del espía mas famoso del mundo.
En efecto. Los años 70 no fueron particularmente buenos para el actor que a excepción de "El hombre que pudo reinar" (1975) de John Huston se embarcó en una larga tanda de películas que, más allá de valoraciones artísticas, resultaron sendos fracasos en taquilla y golpearon seriamente su imagen de intérprete.

No fue si no hasta bien iniciados los años 80 que pudo volver a brillar como la gran estrella que es en películas como "Highlander" (1985), "El nombre de la rosa" (1986) y especialmente en "Los intocables" (1987) por cuya interpretación recibió un merecidísimo premio de la Academia como actor secundario. La década de los 90 hizo brillar aún mas su estrella gracias a papeles como el del capitán ruso Marko Ramius en "La caza del Octubre Rojo" (1990) o su impresionante performance en la apasionante "La roca" (1996) de Michael Bay.
Connery ha negado estar preparando una autobiografía donde recopile sus memorias como actor, aunque ha reconocido que hace unos años lo intentó pero abandonó el proyecto por que, según sus propias palabras, le "producía pesadillas recordar todo eso".

Connery es y será uno de los mejores y mas completos actores de la historia del cine, y si un día decide volver mas de uno se lo agradeceremos.
Salud Sean!

viernes, 27 de agosto de 2010

"Días de ira" (Law Abiding Citizen, 2009) de F. Gary Gray

Clyde Shelton (Gerard Butler) un padre de familia, presencia la violación y asesinato de su esposa e hija por parte de dos desconocidos que asaltan su hogar. Los asesinos son atrapados, pero para evitar que ambos evadan la prisión utilizando argucias legales el abogado Nick Rice (Jamie Foxx) hace un trato con uno de ellos para que declare en contra del otro condenándolo a la pena capital. Diez años después, el asesino ya liberado aparece descuartizado y todo indica que fue obra de Shelton que ha decidido tomar la ley en sus manos y, al mismo tiempo, iniciar una brutal venganza contra ese sistema legal al que considera fallido e injusto.

El director F. Gary Gray logró cierta notoriedad en 1998 con el estreno de "El negociador", un film de acción que nos presentaba a un policía interpretado por Samuel L. Jackson buscando justicia tras ser acusado de un asesinato que no cometió. Los métodos del personaje de Jackson en aquella película para demostrar su inocencia resultaban extremos al punto de lo increíble, resolviéndose toda la trama en una resolución demasiado apresurada y poco esmerada. De todas formas, "El negociador" resultaba un film medianamente entretenido y llevadero siempre y cuando no se tomaran demasiado en serio muchas de sus variantes argumentales. Se puede decir que en ese aspecto, "Días de furia", el último film de F. Gary Gray, tiene bastante en común con "El negociador".
La primera mitad del relato puede considerarse un planteo crítico bastante aceptable sobre las debilidades del sistema judicial estadounidense -que podría hacerse extensivo al de casi cualquier país de occidente-.

Los problemas empiezan en su segunda mitad, cuando ese padre de familia, harto de la ineptitud de ese sistema, comienza una venganza de ribetes poco menos que colosales, asesinando desde la cárcel a miembros destacados de la Justicia de Filadelfia y desatando el terror en la ciudad. Esta segunda parte decae bastante en relación a la primera, entre otras cosas porque resulta disparatada en su planteo de buscar a toda costa generar la duda sobre las misteriosas "capacidades" de ese padre interpretado por Butler que inexplicablemente encerrado en prisión sigue siendo capaz de asesinar a mansalva en el exterior para saciar su sed de venganza. Una venganza que tendrá al abogado interpretado por Foxx tanto de protagonista como de víctima, ya que al ver como sus compañeros de leyes son asesinados uno tras otro inicia un duelo personal con el asesino, tratando de descubrir los mecanismos mediante los cuales está concretando su particular vendetta.

Es en este punto donde uno debe tener claro que todas las discusiones sobre moralidad o los conceptos de justicia e injusticia planteados en la primera mitad -y hasta los límites de nuestra propia credulidad- deben ser dejados de lado, porque una vez iniciadas las explosiones y los juegos pirotécnicos ya no hay lugar para demasiados razonamientos más que los planteados por el guión que Gary Gray nos propone y que si se aceptan sin demasiado reproche, seguramente logrará hacerte pasar un rato divertido.
Esto hace de "Días de furia" un entretenimiento resultón pero pasajero, cuya efectividad dependerá de la capacidad del espectador para asimilar muchas de las exageraciones planteadas sobre todo en su parte complementaria que opaca bastante el dramatismo de unos primeros minutos que, a priori, prometían otra cosa. Puntaje: 5/10

domingo, 22 de agosto de 2010

"El libro de los secretos" (The Book of Eli, 2010) de Albert y Allen Hughes

Han pasado más de 30 años desde el final la guerra nuclear que acabó con toda la civilización.

Eli (Denzel Washington) un hombre misterioso y solitario, recorre las rutas vacías y desoladas de lo que alguna vez fueron los Estados Unidos con la misión de llevar un misterioso libro a un destino no demasiado claro. En su periplo llega a uno de los pocos reductos de civilización, un poblado gobernado por un tal Carnegie (Gary Oldman) un hombre despótico y controlador que al descubrir la existencia del libro intentará apoderarse del mismo a la fuerza. Pero Eli está dispuesto a pelear, a matar y hasta morir por protegerlo.

"The book of Eli" representa el retorno a la dirección de los hermanos Hughes tras 9 años del estreno de su último film, la adaptación de la novela gráfica de Alan Moore "Desde el infierno" película que si bien recibió el beneplácito de buena parte de la crítica, fue tratada de manera bastante indiferente por el público.

"El libro de los secretos" (título con el que la estrenó en la mayoría de los países de América Latina) es otro film de ribetes postapocalípticos que conjuga en su derrotero cantidad de ideas extraídas directamente de películas similares; desde los paisajes ruinosos y desolados de "El mensajero" (1997) a la violencia y persecusiones automovilísticas de la trilogía "Mad Max" (1979-1981-1989). Lo único que diferencia al producto de los hermanos Hughes del resto es un componente místico-religioso representado por el libro del que hace mención el título; una Biblia celosamente resguardada por el protagonista interpretado por Denzel Washington, la cual es el motivo desencadenante de la aventura del mismo y por cuya posesión se enfrentará a un Gary Oldman metido en la piel de un villano arquetípico por enésima vez.
Los motivos por los cuales el villano quiere apoderarse de tan valioso libro son, desde mi perspectiva, el punto mas flojo de toda la trama. Su plan de utilizar las enseñanzas del mítico libro para adoctrinar a una población humana diezmada con la intención de ganarse su favor y así controlarla como un rebaño, suena tan ingénua como poco creíble. Siendo éste el débil motor de casi toda la trama, buena parte de su efectividad se pierde promediando la misma, reduciendo todo el asunto a un muestrario de secuencias de acción que incluyen a un Denzel Washington desatado, atravesando rivales por doquier con una espada como si de un samurai futurista se tratase, disparando armas de fuego con una efectividad que hasta Robocop envidiaría o demostrando habilidades físicas propias de un super-hombre. Para colmo, la justificación de todo ese compendio de habilidades está ligada a cierta revelación de carácter "mesiánico" sobre el personaje que pretende ser la gran sorpresa final de la historia, pero que termina resultando tan poco creíble como la idea motora de todo el argumento.

Es cierto que en temas postapocalípticos no quedan ideas demasiado originales. El cine ha mostrado casi todo lo que se puede mostrar, por lo que es comprensible y en cierta medida hasta encomiable la intención de los Hughes de crear algo medianamente diferente a todo lo visto. Su error estuvo en la pretensión de mezclar lo de siempre con un componente religioso que juega demasiado tanto con la paciencia como con la credulidad del espectador.

Con todo y más allá de sus debilidades argumentales, "El libro de los secretos" no es una mala película. Está bien filmada y ambientada, su banda sonora a cargo del no muy conocido Atticus Ross es realmente buena y las actuaciones de Washington y Oldman, si bien no son nada que no les hayamos visto antes, son efectivas.

De todas maneras no deja ser un producto absolutamente pasatista que con una historia más craneada pudo haber sido bastante mejor.

Puntaje: 5/10

lunes, 16 de agosto de 2010

"Contactos del cuarto tipo" (The fourth kind, 2010) de Olatunde Osunsanmi

No resulta raro que después de ver "Contactos del cuarto tipo" la primera tentación sea compararla con la que probablemente sea el ícono referencial de este tipo de cine al que podríamos denominar "documental-ficción"; "El Proyecto Blair Witch" (1998). En realidad, la misma comparación se podría hacer con cantidad de productos de similares características que desde su estreno a fines de lo años 90 han venido apareciendo en nuestras carteleras intentando imitar su éxito, la enorme mayoría de ellos sin lograrlo.

"Contactos del cuarto tipo" tampoco lo logra, aunque probablemente es de los que más se esforzó para conquistarlo. La idea base no es mala; en una alejada ciudad de Alaska llamada Nome, Abigail Tyler, una psiquiatra interpretada por Milla Jovovich, comienza a recibir consultas de pacientes que aseguran ser secuestrados durante las noches por extrañas criaturas provenientes de otro mundo. En la tipología creada a comienzos de los años 70 por el astrofísico e investigador del fenómeno OVNI Joseph Allen Hynek, este tipo de contacto con seres alienígenas es catalogado como de "cuarto tipo".

Jugosísimo tema el elegido por el director africano Olatunde Osunsanmi para su segunda película tras la flojísima "La caverna del terror" (The cavern, 2005), pero por motivos diversos no demasiado bien explotado.
Osunsanmi opta por mezclar material supuestamente "verídico" filmado por sus reales protagonistas, con una dramatización central actuada que funciona como hilo conductor del relato. El resultado es un híbrido que por momentos delata demasiado la inverosimilitud de lo planteado -la forzosa y poco creible explicación seudocientífica del investigador de lenguas antiguas asociando las abducciones con visitas extraterrestres al antiguo Egipto (una idea sacada de la galera y además nada novedosa, plagiada de la obra de
Erich von Däniken ), las sesiones de hipnosis que terminan teniendo más en común con un exorcismo que con un secuestro alienígena, la ridícula incredulidad de las autoridades locales frente a la obviedad antinatural de lo que está sucediendo- pero que alcanza de a ratos algunos pocos picos de tensión que son lo más rescatable del conjunto.

A diferencia de películas mucho mas modestas pero mejor estructuradas como "El proyecto Blair Witch", Osunsanmi cuenta con más y mejores medios técnicos, pero aún así no es capaz de crear una mitología propia y creíble que sustente con rigor lo que plantea y logre mantener el interés en forma pareja en la trama durante su hora y media de duración.

Lo que queda entonces es un producto que funciona solo por momentos y que tiene como principal baza artística la originalidad de hilar dos ficciones paralelas y presentarlas como si fueran auténticas -conviene advertir que las filmaciones "reales" no son tales sino tambien escenificaciones realizadas por actores y que la doctora Abigail Tyler es un personaje totalmente ficticio- pero en el balance general el film apenas logra rozar el mínimo aceptable más por su forma de plantear la historia que por la efectividad global de su contenido.

Puntaje: 5/10