"El día de la boda" (The wedding date, 2004) de Clare Kilner

Kat Ellis (Debra Messing) debe viajar a Inglaterra para asistir a la boda de su hermana, donde muy a su pesar, deberá encontrarse con su ex-novio que la abandonara tiempo atrás y que ahora oficia de padrino de la boda. Para evitar el bochorno de presentarse sola decide contratar a un acompañante masculino (Dermot Mulroney). Pero a lo largo de varias vicisitudes, lo que ninguno de los dos esperaba sucede; su relación por interés termina generando un sentimiento romántico.

En 1994 "Cuatro bodas y un funeral" , una modesta comedia británica dirigida por Mike Newell, sorprendió al público de todo el mundo con una propuesta repleta de gags hilarantes pero realistas y con una gama de personajes secundarios certeramente efectivos a la hora de hacer reir al público. Su éxito hizo de Hugh Grant una estrella y se convirtió rápidamente en la comedia romántica mas famosa y taquillera de la pasada década así como en el modelo a seguir por varias producciones del mismo estilo que le siguieron.

Se puede decir que, a cierto nivel, "El día de la boda" es una de ellas. Aunque filmada una década después de la de Newell, se nota bastante el intento por querer acercarse al modelo reidero en el cual se inspira.

El problema es que no lo logra, entre otras cosas por que diez años es demasiado tiempo y mucha cosa similar se ha producido desde entonces, haciendo que algunas de sus ideas más "brillantes" resulten repetitivas y casi de fórmula.

Dermot Mulroney, uno de los actores galanes con más expectativas de futuro a comienzos de la década -expectativas no cubiertas hasta ahora- y su relación con Debra Messing -una actriz de comedia poco conocida y con poco carisma para el papel- no tiene el gancho suficiente como para hacernos creer lo que la previsible propuesta argumental nos sugiere desde el vamos.

Tampoco hay demasiadas escenas graciosas y las pocas que plantea el guión de Dana Fox no resultan tampoco demasiado efectivas por la misma acción de repetición y desgaste mencionada antes. Dicho de otro modo; carecen de verdadera originalidad y poseen un factor de gracia prácticamente nulo.

Todo lo que queda entonces es la veta romántica, que funciona solo de a ratos, sumada eso sí a una muy buena banda sonora conformada por algunos de los mejores temas musicales románticos de los últimos veinte años.

Algunos secundarios, como la solterona amiga de la protagonista -interpretada muy bien por Sarah Parish- y algún otro personaje más, dan también su toque muy personal de humor, pero son chispazos muy esporádicos que no logran emparejar las numerosas irregularidades de la historia.

Una película romántica por demás pasatista y formularia, que no dejará ninguna huella en la historia del género romántico y probablemente tampoco en la memoria del espectador que la vea.

Puntaje: 4/10