"Gritos en la Oscuridad" (Black Christmas, 2006) de Glen Morgan

En una fría noche de Navidad, Billy Lenz, un psicópata encerrado en su juventud tras asesinar a toda su familia, logra escapar de su encierro en un manicomio con la única obsesión de volver a su vieja casa, ahora convertida en un hogar universitario femenino.
Sin que sus bellas huéspedes lo sepan, esa vieja casa oculta un monstruoso secreto. Un secreto por el cual Billy ha regresado dispuesto a asesinar a quien se le interponga.

"Gritos en la Oscuridad" marca el regreso a la dirección de Glen Morgan, un nombre asociado directamente a la televisión y sobre todo a la mítica serie "Expedientes X". En realidad, se trata del remake de "Black Christmas" película dirigida por Bob Clark en 1974, un film slasher bastante olvidado pero al que muchos consideran el origen del género.
Ciertamente, la película que Clark dirigiera en los años 70 es un compendio de mucho de lo que el cine de terror basado en asesinos seriales mostraría luego en títulos mucho más conocidos como "Halloween" o "Noche de Graduación".

En esta época signada por una tendencia al remake contínuo, no resulta raro que un guionista y director habituado al género como Morgan -autor del guión de "Destino final" (Final destination, 2001) y de algunos de los mejores episodios de "Expedientes X"- haya elegido volver re-adaptando un film de corte terrorífico. Aunque esta nueva versión innova poco con respecto a lo visto en el género en los últimos años hay un notorio intento por reformular algunas situaciones y características puntuales tratando de alejarse del film original en el que se basa. Hay una truculencia mucho más acentuada en las muertes y algunas vueltas argumentales inexistentes en el film de 1974 que si bien no son muy originales que se digan, algunas funcionan bien y otras no tanto.

El elenco, compuesto en su mayoría de actrices jóvenes salidas del medio televisivo, cumple con el mínimo aceptable en este tipo de producciones. No hay caras conocidas y ninguna actuación destaca especialmente, siendo en su mayoría absolutamente planas y algunos personajes de puro relleno. Algo similar se puede decir de los diálogos, penosos en su mayoría y escritos con la única función de rellenar silencios. Está claro que esto no es Shakespeare, pero no sería malo que de vez en cuando algún guionista -y en especial alguien con la experiencia de Morgan- pergeniara algo mas inteligente sin escudarse en el hecho de que solo se trata de una película de terror.

Pero no todo es malo. Algunas ideas de Morgan tienen su destaque. Ejemplo de ello son los numerosos flashbacks en los que se nos muestra el origen de la psicopatía del asesino fundamentada en el abuso físico y sexual sufrido por parte de su progenitora durante su niñez y buena parte de su juventud. La oscura perversidad de estos segmentos así como su hábil inclusión en la trama logran que la película se revitalice justo en sus momentos más planos. Otra hubiese sido la historia si Morgan hubiese sabido mantener la sordidez de esos chispazos del pasado a lo largo de todo el metraje sin necesidad de recaer tan seguido en los chlichés del género, incluído un final de lo mas formulista y rutinario, que no por ser inusualmente conclusivo resulta mejor que el de la película original.

Es posible que al leer este comentario, muchos lectores supongan que la versión de 1974 es mejor, y lo es en algunos sentidos. Pero hoy día resulta vetusta en muchos aspectos aún para los espectadores menos aficionados al género. La idea de Morgan de actualizarla no era mala, pero la concreción de esa idea no fue del todo correcta y deja al terminar la sensación de que se pudo haber hecho algo mejor.
Esta nueva versión de "Gritos en la Oscuridad" no es peor ni mejor que la mayoría de los slashers que hemos visto en los últimos años. Se mantiene en ese curioso limbo que oscila entre lo bueno y lo malo, aunque no renueva el género en ningún sentido.
De todas formas, dudo que esa haya sido su intención.

Puntaje: 5/10