A comienzos de la presente década, el cine uruguayo comenzó a experimentar un cierto aire de renovación que lo alejaba de las producciones de carácter o apariencia más amateur realizadas a comienzos de los años 90. Una de ellas fue "La historia casi verdadera de Pepita la Pistolera" (1992) dirigida por Beatriz Flores Silva, una directora uruguaya hasta aquel entonces totalmente desconocida. Su película, filmada en video y que planteaba una historia simple, emotiva y realista, permitió creer en la viabilidad de un cine comercial auténticamente uruguayo.
Esa esperanza se cristalizaría años más tarde en producciones multipremiadas y reconocidas por público y crítica como "25 Watts" o "Whisky" y, claro está, en el film que genera este comentario. "En la puta vida", dirigida también por Beatriz Flores Silva y basada en la novela "El huevo de la serpiente" donde la periodista María Urruzola denunciaba el tráfico de mujeres de Uruguay a Europa, nos introduce en la vida de Elisa, una joven montevideana, madre soltera con dos hijos a cargo, sin trabajo fijo pero con el sueño, algo lejano, de instalar su propio negocio; una peluquería. Un día conoce a Plácido, un seductor del cual se enamora y que la convence de viajar a Barcelona a ejercer la prostitución como modo de hacer dinero para volver a Uruguay con los recursos para iniciar su emprendimiento tan soñado.
Una vez allí, Elisa se verá inmersa en la crudeza de la vida nocturna de una ciudad tan extraña como ajena a ella, donde las cosas no son como su amante le prometió y donde la violencia y la muerte están, literalmente, a la vuelta de cada oscura esquina. Será ahí que Elisa despertará del engaño en el que la sumió Plácido y pretenderá volver a su país y a sus hijos, aún a riesgo de perder su propia vida en el intento.
Beatriz Flores Silva no pretende con su film plantear nada excesivamente original, ni desde lo argumental ni desde lo estético. Sus encuadres y su forma de filmar son absolutamente convencionales, pero no por ello disfuncionales y sirven a la perfección para retratar la crudeza de ese mundo perverso como es el del proxenetismo, un universo del que todos hemos oído hablar pero poco sabemos.
Las actuaciones son prolijas, tanto del elenco secundario -repleto de caras conocidas del ambiente artístico uruguayo como el entrañable Ricardo Espalter, la mítica Marta Gularte y una sorprendente Andrea Fantoni- así como del protagónico, empezando por Mariana Santangelo, que ofrece una potente intepretación de su papel de Elisa, y del cantante argentino Silvestre, que aunque de a ratos luce algo sobreactuado, en reglas generales cumple bien con su papel de embaucador.
Si bien el tema a tratar resulta usualmente complejo y escabroso, el argumento tiende a un optismismo por momentos tragicómico que se las ingenia para meter algunos guiños humorísticos que, junto a algún que otro apunte romántico, sirven para matizar y equilibrar bastante la desesperante situación de sus protagonistas.
Es una lástima que en sus minutos finales el film se desbarranque hacia lo facilistamente melodramático, con un verborrágico speech a modo de denuncia emitido por su protagonista que resulta demasiado chato y panfletario y que atenta un poco contra la credibilidad del conjunto.
Con todo, "En la puta vida" es un producto absolutamente digno, un verdadero logro del cine nacional, interesante más allá del morbo que genera la crudeza de su temática y valioso por sus virtudes artísticas, poco comunes en una industria cinematográfica incipiente como la uruguaya.
Puntaje: 7/10
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